En tiempos de aislamiento social preventivo y obligatorio, la educación en casa pasó a ser una regla básica para los estudiantes de todo el país, como así también de la provincia. Pero la recepción de las tareas, el desarrollo y la devolución de trabajos no siempre se da en condiciones ideales, muchos estudiantes tienen que rebuscárselas para cumplir con sus ubicaciones, sobre todo donde las conexiones a internet no abundan.
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En tiempos de aislamiento social preventivo y obligatorio, la educación en casa pasó a ser una regla básica para los estudiantes de todo el país, como así también de la provincia. Pero la recepción de las tareas, el desarrollo y la devolución de trabajos no siempre se da en condiciones ideales, muchos estudiantes tienen que rebuscárselas para cumplir con sus ubicaciones, sobre todo donde las conexiones a internet no abundan.
Tal es el caso de los estudiantes de la localidad de Rodeo, en plena puna jujeña, a más de 270 km de San Salvador de Jujuy, y a pocos kilómetros de la Laguna de Pozuelos; quienes deben continuar yendo a la escuela (que está cerrada) para enganchar una pizca de wifi desde el portón. Son cerca de 10 los niños que todos los días llegan hasta el establecimiento educativo, que se sientan en el piso de tierra, y que son víctimas del clima soleado y ventoso que atenta contra las hojas de los apuntes, que cada nada se vuelan por los aires.
Si bien el edificio escolar permanece cerrado, los padres y familiares de los estudiantes, pidieron a las autoridades que abran la tranquera para que los niños puedan tener una señal fluída de internet, y esperan que puedan colaborar con la colocación de pupitres o sillas para que los estudiantes puedan realizar sus deberes en otras condiciones. Es que actualmente, la conexión de wifi llega con poca potencia al lugar donde se ubican los estudiantes para hacer sus tareas, y además sólo pueden acceder 5 personas en simultáneo.