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Setenta y nueve años de la inauguración del templo

El edificio es una estampa que recuerda el estilo normando heredado por las familias inglesas que habitaron estas tierras.

Jueves, 30 de abril de 2020 01:03

El templo de la parroquia Nuestro Señor de la Buena Esperanza cumplió setenta y nueve años de presencia en la dulce localidad y emprende el camino hacia las ocho décadas de congregar a la feligresía católica en torno a la fe y a su santo patrono, que bendice el tesonero trabajo de su laboriosa gente.

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El templo de la parroquia Nuestro Señor de la Buena Esperanza cumplió setenta y nueve años de presencia en la dulce localidad y emprende el camino hacia las ocho décadas de congregar a la feligresía católica en torno a la fe y a su santo patrono, que bendice el tesonero trabajo de su laboriosa gente.

Si hay una joya arquitectónica digna de ser destacada en la localidad de La Esperanza es su templo, una estampa que recuerda el estilo normando heredado por las familias de ascendencia inglesa que habitaron en estas tierras, bajo la insignia fecunda de la caña de azúcar. El recinto abovedado y totalmente tapizado en fina madera, a pesar de haber sufrido constantemente los embates del tiempo y las termitas, mantiene su belleza gracias al mantenimiento que se realiza para que se vea siempre hermoso.

Pero no cabe dudas que la majestuosidad de esta magnífica heredad se sintetiza en su retablo de belleza impecable, tallado también en exquisita madera que toma luz de los increíbles vitrales que adornan los laterales y que recrean con suntuoso arte, las imágenes del Señor de la Buena Esperanza y de la Virgen María. Otro detalle de gran presencia, se encuentra en la entrada al templo. Se trata del atrio coral, al que se accede por una escalera artesanal de madera. Sus ventanales y arcos superiores, conforman un espacio de mística belleza en la que es posible encontrar a Dios.

IMPACTANTE / UNO DE LOS VITRALES DEL TEMPLO ESPERANCEÑO.

En su libro "Un tiempo que se fue", el multidoctor Jobino Sierra e Iglesias relata que los hermanos Leach apoyaron desde siempre la práctica de todas las religiones. La primera capilla que construyeron fue la anglicana, conocida como la iglesia de San Jorge, la que correspondía a su credo. Mensualmente, solía concurrir un pastor que llegaba desde Salta para el oficio religioso. Luego contrataron los servicios del pastor evangélico el que en 1898 predicaba el evangelio a la comunidad chiriguana residente en barrio Cherenta de La Esperanza.

Años más tarde, ofrecieron al Obispado de Salta erigir una iglesia en la localidad dedicada al culto católico apostólico romano y fue el 31 de marzo de 1940, en que se procedió a la colocación de la piedra basal, la que fue bendecida por monseñor Enrique Mühn. Se eligió el centro del parque para ubicar la construcción, lugar donde existía una glorieta.

La ceremonia

La ceremonia de inauguración del templo se realizó el 27 de abril de 1941 y contó con la presencia del obispo de Jujuy Enrique Mühn, del gobernador de la provincia Raúl Bertrés, del administrador del Ingenio La Esperanza Douglas Gordon Davidson, Ambrosio Alexander y Juan Martín Silvestre y el jefe de Policía de la Provincia de Jujuy, entre otras importantes autoridades. Fue dedicada a Nuestro Señor de la Buena Esperanza y en sus proximidades se levantó la casa del sacerdote. El primer párroco fue el padre Luis Gross, a quien la empresa reconocía los gastos de manutención.

INTERIOR / TECHOS ABOVEDADOS, UNA VERDADERA JOYA DE LA ARQUITECTURA.

En los planos originales de la obra, se había considerado que, cuando fuera necesaria la ampliación, se correría el altar, se derribaría la pared del fondo y la nueva construcción a agregar se haría en la parte posterior del templo. Lamentablemente esta previsión no se tuvo en cuenta. Cuando fue necesario realizarla, se hizo en la parte anterior del mismo, para lo cual fue preciso demoler su frente y una hermosa fuente de mármol ónix que había en ese lugar.