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Es tiempo de reconstruir lazos y aprender hábitos

Sabado, 04 de abril de 2020 01:02

Sacarle algo provechoso a la situación actual cuesta un poco ya que es una pandemia que nos tomó por sorpresa, sembró miedo y se lleva vidas, pero, al margen de eso y todos sus efectos colaterales, este es un buen momento para aprender o reforzar hábitos, valores y recomponer vínculos rotos, y que todo eso perdure en el tiempo.

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Sacarle algo provechoso a la situación actual cuesta un poco ya que es una pandemia que nos tomó por sorpresa, sembró miedo y se lleva vidas, pero, al margen de eso y todos sus efectos colaterales, este es un buen momento para aprender o reforzar hábitos, valores y recomponer vínculos rotos, y que todo eso perdure en el tiempo.

¿Quién iba a pensar que esto podía pasar? Creo que solamente los expertos lo pensaron cuando ocurrieron los primeros casos en China, pero la mayoría de las personas nunca nos imaginamos que nuestra vida cotidiana de repente iba a sufrir tantos cambios. A algunos les cuesta más que a otros, y no a todos nos impacta de la misma manera, pero ante estas circunstancias no habituales es esencial mantener la calma y aprovechar cada instante para crear nuevas y mejores perspectivas en la vida de cada uno.

Lo primordial es seguir las recomendaciones y medidas preventivas que no hay que cansarse de recalcar: lavarse las manos frecuentemente, desinfectar los hogares y no salir de nuestras casas. A todo esto, yo le agregaría el ayudar a los que peor la pasan durante el encierro porque siempre hay familias que están en situaciones críticas, que en este caso, se agudizaron todavía más.

Hay quienes ya venían atravesando momentos muy duros en cuanto a la economía familiar y que ahora no pueden salir a ganarse unos pesos para el día a día como es el caso de los vendedores ambulantes o las empleadas domésticas por ejemplo que debieron suspender sus labores y, por ende, ese dinero que ganaban no ingresa a sus hogares. Hubo medidas en relación a políticas sociales, como el bono de los diez mil pesos, pero todos sabemos que eso no recompone la situación que con más crueldad impacta en la alimentación de los más pequeños de la casa por eso es imprescindible que el resto de la sociedad haga las cosas bien para que el virus se vaya pronto o quede contenido hasta que podamos contar con una vacuna.

También, en este período de aislamiento social, hay personas que sufren de estrés, pánico o ansiedad y que la pasan mal. Por eso siempre es bueno ofrecerse a ayudar. Y ayudar no significa solo donar dinero, se puede ayudar con eso obviamente que sí, pero ayudar va mucho más que eso porque una persona que es solidaria de corazón puede donar algo material pero siempre a esa donación la acompañará con otra de amor que consta en interesarse cómo está la otra persona, de darle un abrazo, de compartir una charla, de darle fuerzas o de acercar al que sufre a especialistas que puedan brindarle más contención. Y en estos momentos se necesita mucho de estos seres de luz.

El hábito de la limpieza, de la solidaridad en conjunto con otros valores que van de la mano, como ser la responsabilidad de permanecer en casa, son actos positivos que pueden nacer en uno durante la cuarentena y ojalá que perduren cuando todo esto pase. Algo que también puede ser positivo es el hecho de recomponer vínculos afectivos que antes de la pandemia estaban dañados.

Cuando nos fuimos enterando de la existencia del coronavirus empezamos a tener miedo, o por lo menos a la mayoría nos pasó. Y cuando el virus llegó al país y empezaron a salir las medidas preventivas ese temor fue creciendo porque la información recién empezaba a circular a gran escala y no sabíamos con exactitud de qué se trataba esta enfermedad. Solo sabíamos que gente estaba muriendo en el mundo, que se expandía de forma muy veloz y que eran muchos los infectados.

Ante tan inesperado escenario, fue inevitable no alarmarnos y sensibilizarnos mucho. Nos acercamos más a la familia y a los seres queridos, de forma sentimental y también física, y hasta nos perdonamos con quienes tenemos diferencias.

Esto también estaría buenísimo que se instale y perdure, esas ganas de reconstruir vínculos que estaban rotos, y saber que la vida es así, nos sorprende, a veces para bien y a veces para mal, por eso es imprescindible querer y valorar a nuestros seres queridos. Cada uno a su manera y manejando sus tiempos, pero no dejar de amar, solidarizarnos con los que nos necesitan y crear hábitos que queden inscriptos para siempre en nuestra vida cotidiana.