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18 de Abril,  Jujuy, Argentina
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"Y me quedé en el folclore", dice Tony Izkierdo desde su humildad y su generosidad

Es parte del dúo Los Izkierdos de la Cueva desde hace casi veinte años, y tiene su propio estudio de grabación.Grabó con más de quinientos artistas como invitado y como sesionista, y produce a artistas de distintos ritmos.
Domingo, 05 de abril de 2020 01:04

Tony Izkierdo es de los artistas que no habla de sí mismo, que no busca mostrar, pero de esos que todos los artistas nombran y entonces se hace inevitable provocar un encuentro con él. Desde hace tiempo que quería hablar en profundidad de su arte, de su trabajo, del acompañamiento que les hace a sus colegas.

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Tony Izkierdo es de los artistas que no habla de sí mismo, que no busca mostrar, pero de esos que todos los artistas nombran y entonces se hace inevitable provocar un encuentro con él. Desde hace tiempo que quería hablar en profundidad de su arte, de su trabajo, del acompañamiento que les hace a sus colegas.

Desde el 2002 integra el dúo saltojujeño Los Izkierdos de la Cueva, con Daniel Cuevas de Salta, con un estilo exquisito y único, con el que transitaron los escenarios más importantes del país, Bolivia, y hasta Venezuela. Paralelamente se luce como músico sesionista de artistas trascendentales de la música argentina, es convocado para grandes proyectos como el disco y el espectáculo "Fiesta" (Los Nocheros, Soledad Pastoruti y el Chaqueño Palavecino juntos) o "El gusto es mío" del Chaqueño que se presentó en el estadio de Boca; participó en más de quinientos discos como invitado; y además tiene su propio estudio de grabación El Fuerte, donde no sólo produce a músicos de los distintos rubros musicales, sino que los guía en el camino de la profesión.

Varios músicos hablan en distintos ámbitos de lo bien que estaban trabajando y lo agradecido que estaban con sus aportes desde lo personal y desde lo profesional, con Tony Izkierdo en su estudio. Es recurrente su nombre en tantos proyectos jujeños y entonces surge la idea de hablar con estecreador de nuestra tierra, que no solo se caracteriza por su talento, profesionalismo, vocación, una excelente voz y una calidad interpretativa instrumental sobre todo desde su especialidad que es la batería, sino también por su generosidad y sus conceptos sobre el camino del artista.

Y en cuarentena, la nota es en base a una larga charla telefónica, donde primero habla de sus inicios, y de cómo fue su trayecto artístico. Sorprede con su relato, porque era niño cuando ya formaba parte de la Banda de Música de Voluntarios Juvenil de Palpalá. Sí, tan sólo 9 años tenía.

Es que, tal como lo cuenta él, "desde muy chico comencé a transitar los caminos de la música. Desde jardín, en los actos, era el número puesto en las fechas patrias. A los 8 años ingresé a la Banda de Música de Voluntarios Juvenil de Palpalá. Era bien novedosa porque éramos todos chicos los que estábamos ahí. Comencé tocando la trompeta y el redoblante. La banda ofrecía retretas en los barrios", cuenta entusiasmado de remover sus recuerdos.

En esa banda también había comenzado a cantar. Y las orquestas de la época, que les alquilaban los equipos, ya lo habían escuchado, y le comenzaron a llegar las propuestas para formar parte de otras agrupaciones. "Yo elegí cantar con el grupo Dilema, que era de Jujuy. Empezamos a cantar en todas las animaciones que salían y bailes populares de esa época. A los 10 años, ya ganaba bien", recuerda.

De adolescente ya estaba con Los Manes y otros grupos consagrados, "porque se hacían muchas bailantas, pero no era como las de ahora, eran como bailes muy familiares", cuenta. Yo llegaba por ejemplo a Villa San Martín, a las seis de la tarde cuando comenzaba el baile, y estaba llenísimo de gente de todas las edades, hasta la abuela. Ahí se tocaba de todo, desde la cumbia peruana; hasta mucho rock como los temas de Pasaporte, Migue Mateos, Soda Stereo, etc.", dice, "después comencé a tocar más rock, por una cuestión generacional, y hasta el día de hoy me gusta muchísimo".

A partir de ese momento formó parte de distintas bandas.

Evolucionar en otros tiempos

Seguimos hablando y cuenta que "siempre tuve ganas de evolucionar, y como antes no había tanto acceso a la información que hay hoy, tenía la ilusión de estudiar en Buenos Aires. A los 18 años, después de haber transitado casi todos los rubros musicales de la zona, empecé a incursionar en Buenos Aires, en bandas de rock, donde me fui a terminar el quinto año y a estudiar música".

Estudió en la Escuela de Jazz de San Martín, durante tres años y luego se volvió al norte porque la esencia jujeña es querendona y solemos extrañar nuestro entorno. Una vez acá siguió sus estudios en la Escuela Superior de Música de Salta.

Era la única posibilidad de profesionalizarse, a diferencia de ahora que "podés estudiar con clases online con los mejores profesores del mundo", compara. "Antes para ver un video de batería, nos íbamos a la casa del profesor Chinato Torres en Salta. Íbamos chicos de Tucumán, de Jujuy, nos organizábamos para ir un día. Él recibía las exclusivas de los bateros de otros países", recuerda.

Empezar en folclore

En ese tiempo, cuando vuelve a Jujuy comienza a tocar con el grupo folclórico Antara. "Yo sí sabía tocar folclore, pero nunca me hubiera visto en este ritmo y tocando la batería. Y si bien yo cantaba, había elegido como instrumento principal en mi carrera la batería, y al canto lo había dejado de lado", dice sobre su situación en ese momento.

Recuerda que había dejado de cantar entre otras cosas porque Víctor Hugo "El Gordo" Barrojo, reconocidísimo cantautor de nuestro folclore, le había recomendado que parase durante el cambio de voz en su adolescencia.

"La verdad, hasta entonces -cuando lo llamaron de Antara- no me hubiera imaginado que mi camino iba a ser por el lado del folclore", confiesa.

Era el tiempo en que se empezaba a poner de moda el folclore con batería y entonces encajaba justo.

"Me sentí muy cómodo tocando folclore, porque el folclore tiene la amplitud musical de poder expresar de mil maneras. Te permite utilizar todos los colores musicales, sin irte de la esencia. Hasta ahora me parece un lugar realmente cómodo para un músico como yo, que había transitado tantos géneros musicales", dice sobre su sensación en ese momento.

Y como es del tiempo de la innovación en el folclore, la época en que Los Nocheros rompieron con las estructuras y tradicionalismos, explica que le gusta "producir en la parte musical del folclore utilizando estructuras de rock, y la gente no lo toma a mal si lo hacés con criterio, con intuición, sin irte de la esencia", dice, "hasta ahora la gente nos da el ok", y concluye: "Y me quedé en el folclore".

Y conoció a Yuyo Montes

Integrando esta banda Antara, lo conocen a Yuyo Montes, el poeta salteño número uno de la movida que revolucionó el folclore, creador de las canciones de Los Nocheros en ese momento. "Yo voy como baterista, y con él empezamos a proyectar un disco, siguiendo ese camino. Que él nos haya sentado en su mesa, y nos haya ofrecido canciones inéditas, nos hace sentir privilegiados", cuenta.

Cuenta que mientras armaban el disco no tenían una voz para el grupo. "Siempre volvíamos tarde de Salta porque los horarios del Yuyo eran nocturnos, pero volvíamos contentos. Y en ese momento nos faltaba una voz del grupo. Llegamos a la canción número ocho, ya estábamos cerca de terminar el disco. Nosotros íbamos sacando las canciones y se la íbamos llevando para que las escuche. Y las tocábamos sin voz, mientras él nos insistía que busquemos una", narra.

Y un día... "ya en esos horarios mañaneros, y bastante emocionado por las canciones y entre vinito y vinito que tomábamos con el Yuyo, me dieron ganas de cantar", recuerda Tony. "Y cuando empiezo a cantar, Yuyo abría los ojos, le sorprendió mi manera de cantar en ese momento que era novedosa. Los changos ya me habían escuchado cantar y a ellos les causaba risa", cuenta Tony, "porque yo cantaba con gorjeos, con melismas, con técnicas nuevas porque nunca, hasta hoy, dejé de actualizarme".

Y fue entonces que los chicos de Antara y Yuyo, arreglaron que él sería la voz del grupo.

Y es que Tony había pasado por todos los rubros "hasta mariachi había hecho", dice.

La pregunta es entonces por qué no se había ofrecido antes como la voz, y explica que "estaba muy metido en la bata, no quería cantar porque como yo había estudiado canto, sabía que es una forma de vida, que el cuidado de la voz de un cantante tiene que ser extremo. Y con la batería no, así que estaba bastante cómodo".

Cuando hicieron el primer ensayo en Jujuy después de eso, "los changos ya me tenían preparadas las letras y me ordenaron que cante. Ya habían hablado con Yuyo y para mí fue un halago tremendo", dice.

Desde ese momento no dejó nunca de cantar.

A partir de esas experiencias de formación en Salta, reconoce que esa provincia le dieron un lugar privilegiado. "Incluso el año pasado salí votado en una encuesta como uno de los cantantes más renombrados de Salta", dice muy emocionado.

Y opina que "el canto requiere de muchísimo cuidado, es un trabajo muy sacrificado. Cuando vas arriba del escenario y no te da la voz, no hay nada que te pueda ayudar".

En Jujuy estudió con Armando Peloc, a quien recomienda como un gran maestro del canto.

Luego Antara cambió el nombre a Chilcán, y Tony siguió siendo la voz hasta que comenzó como solista.

Los Izkierdos de la Cueva

En ese lapso que iban a verlo a Yuyo Montes con el grupo Antara al que pertenecía, iba también el grupo Vale 4, y entre sus integrantes estaba Daniel Cuevas. Se conocieron con Tony y empezaron a descubrir que tenían objetivos muy parecidos. Con el tiempo, Daniel fue quien comenzó a pensar el dúo. Le hace la propuesta a Tony en 2001, y al tiempo nace Los Izkierdos de la Cueva. Para entonces, Tony ya había dejado el grupo Chilcán y estaba haciendo un camino solista.

DÚO / TONY IZKIERDO Y DANIEL CUEVAS

El nombre claramente es un juego de palabras que se forma con los apellidos de ambos, y que se lo eligió Héctor Schmunk, autor de la música de “Vino Nochero”. En un primer momento a Daniel le gustaba, aunque a Tony le sonaba algo “subversivo”, dice, pero luego se convenció. Los Izkierdos llevan casi veinte años en los escenarios, tienen cuatro discos en su haber, y en este tiempo debieron suspender una gira por el sur de nuestro país debido a la cuarentena por la pandemia del coronavirus. Los discos son “Vida”, producido por Pedro Alurralde, fue el primero; años más tarde salió “Para enamorar”, luego “10 años”, y el año pasado salió el último hasta ahora, que es “Para festejar”.

Sus temporadas veraniegas suelen encontrarlos en los Valles Calchaquíes y para esta época comienzan a recorrer el sur. Tony cuenta que con el dúo recorrieron casi toda Bolivia, y en dos oportunidades llegaron a Venezuela. Le pregunto por sus sueños como dúo, y me habla del deseo de presentar un espectáculo propio en la avenida Corrientes de Buenos Aires (la emblemática zona de los teatros). Ya estuvieron alguna vez invitados por Los Nocheros, pero quieren volver con el proyecto propio.

Los últimos discos propios se produjeron en el estudio El Fuerte de Tony, y asegura que “festivales y escenarios hay muchísimos, pero no hay que perder vigencia en la gente”, asegura Tony. “Ahora nos estamos preparando para que cuando se vaya el bicho - por el coronavirus- salgamos los otros bichos”, dice. La mayoría de los temas de Los Izkierdos es de autoría propia. Y sin dudas el tema que los catapultó y se hizo muy conocido, es “Fue”, en ritmo de tinku.

Estudio El Fuerte

Tony Izkierdo tiene su propio estudio de grabación, donde “con mis equipos de producción, músicos y asesores, tenemos esta tarea de ayudar a los grupos a producir las canciones, grabárselas, hacerle los arreglos y todo lo que hace a la producción musical. Lo mismo que hago para Los Izkierdos, desde nuestro segundo disco”, dice.

nuestro segundo disco”, dice. “Nosotros hemos tenido la bendición y la generosidad de los número 1, y cuando ellos nos dan la mano que necesita el cantor, grupo o proyecto nuevo, entendemos que nosotros tenemos que hacer lo mismo con las generaciones que vienen. Esa fue una enseñanza maravillosa”, dice y lo practica. “Toda esa filosofía de grabación y de vida, que te transmiten los grosos, te queda marcado en el pecho”, concluye. En El Fuerte grabaron Sebastián Gómez, La Kostumbre, Ariel Alcobedo, Carnavaleros, por mencionar sólo algunos, y en proceso están Charly y El Embrujo (cumbia), Wado Ferreira (folclore), Zaira (cantante colombiana de pop y rock), Jujuy Trío (folclore), Luis Córdoba (folclore), entre otros.

Las recomendaciones

Tony explica que los artistas “tienen que tener las ganas de hacer y el coraje de sentir y expresar lo que sienten, eso es arte, para que puedan tener una buena propuesta, para que venga la persona indicada, que podemos ser los productores, y salga un buen producto”. “El artista de la música debe tener profesionalismo, un repertorio propio, respetar al público porque es el que hace grande a toda esta movida, la evolución musical porque uno tiene muchas ganas de decir cosas, pero si no tenés los recursos musicales para hacerlo no sirve”, dice, y finalmente menciona y detalla “la evolución poética, la instrucción, y la evolución espiritual”.

“Los que pasaron por aquí están orgullosos de lo que hicieron, y ese es el objetivo de El Fuerte”, cierra.