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Rumbo de la conversación

Lunes, 06 de abril de 2020 01:00

No terminaba de leer el agradecimiento de Jazmín por los capítulos anteriores, cuando recibí un audio del comisario Pierro. Le compartí entonces lo que me dijo la joven periqueña cuando me pide que me cuide porque "no se puede enfermar, sino no vamos a poder leer sus cuentos".

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No terminaba de leer el agradecimiento de Jazmín por los capítulos anteriores, cuando recibí un audio del comisario Pierro. Le compartí entonces lo que me dijo la joven periqueña cuando me pide que me cuide porque "no se puede enfermar, sino no vamos a poder leer sus cuentos".

Por eso es que le mando este audio, me dijo el comisario. Si no, ¿de qué otra forma le voy a seguir contando historias? Debemos estar más que agradecidos con esto de la tecnología, mandó al grupo de WhatsApp el padrecito, siempre preocupado porque seamos personas agradecidas.

Les escribo que Jazmín, antes de despedirse, me había resaltado la importancia de ser felices y de hacer felices a los otros, y aparece un mensaje de Pierre Donadou Quispe sorprendido de que una joven de dieciséis años dé consejos tan sabios. Hay gente que vive experiencias que les hacen aprender rápido, opinó en el grupo el sacerdote.

De eso es de lo que les quería hablar, escribió Pierro y yo grabé un audio, casi antes de terminar de leer su participación, preguntándole cómo era que sabía en qué iba a terminar esta conversación. Eso, me respondió, es algo que se aprende sólo de viejo, porque son muchos años de andar escuchando lo que dice la gente, y el rumbo de una conversación se vuelve medio predecible.

Volver predecibles las conversaciones les quita ese gustito por el asombro que nos puede producir lo que nos diga el otro, opinó casi instantáneamente Donadou, y el comisario le respondió que nos quita el asombro, pero nos previene de más de un inconveniente.