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A 80 años del nacimiento de Germán Walter "Churqui" Choquevilca, el poeta

Sus versos nos  siguen  nombrando

Miércoles, 08 de abril de 2020 01:02

Un 9 de abril de 1940 nacía Germán Walter Choquevilca, conocido como "El Churqui", maestro alguna vez de aquellos niños de los valles orientales y poeta. Sus versos, marcados tal vez de una tardía cadencia modernista, nombradores de esta tierra y de su historia, atravesados muchas veces por algún dolor personal, se fueron guardando aquí y allá, algunos en pequeños libros, grabaciones con su voz grave, papeles sueltos. Sus palabras fueron cobrando dimensión con el tiempo, porque acaso es la distancia una perspectiva más justa que la cercanía. Nadie es profeta en su tierra, suele repetirse, y menos en su tiempo, y aunque Choquevilca tuvo su espacio tanto en el teatro local como en su folclore, fue en nuevas generaciones donde se le encontraron valores más universales.

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Un 9 de abril de 1940 nacía Germán Walter Choquevilca, conocido como "El Churqui", maestro alguna vez de aquellos niños de los valles orientales y poeta. Sus versos, marcados tal vez de una tardía cadencia modernista, nombradores de esta tierra y de su historia, atravesados muchas veces por algún dolor personal, se fueron guardando aquí y allá, algunos en pequeños libros, grabaciones con su voz grave, papeles sueltos. Sus palabras fueron cobrando dimensión con el tiempo, porque acaso es la distancia una perspectiva más justa que la cercanía. Nadie es profeta en su tierra, suele repetirse, y menos en su tiempo, y aunque Choquevilca tuvo su espacio tanto en el teatro local como en su folclore, fue en nuevas generaciones donde se le encontraron valores más universales.

El arte, y la poesía en él, se resignifica ante cada lectura. Hoy acaso, en esta cuarentena rodeada de incógnitas, vaya adquiriendo nuevos brillos aquello de que "este otoño me está mordiendo el alma demasiado temprano, las hojas de mis sueños van cayendo, ya no tendré verano, me quedaré tan sólo con mis cosas... cuando el viento te nombre en las acequias y en el álamo alto, cuando mirando el sol de cada tarde te llame aquí a mi lado para juntar tu nombre con el cielo, con las rosas de mayo".

Repasar sus versos sobre Tilcara y sobre si mismo en medio de los silencios de estas Pascuas, en las soledades, será un buen ejercicio para fortalecer una memoria cuyos brillos se reconocen, justamente, cuando nuevas lecturas vuelven a tramarlos con sentidos nuevos.