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Gastronomía quebradeña arrancó con opiniones dispares

Para llegarse a Tilcara desde capital la reserva lo habilita pero ya hubo "vivos" que las dejan caer y se van de visita.
Lunes, 11 de mayo de 2020 01:01

Cuesta mensurar la real dimensión de aquello que comenzó a vivirse este sábado en nuestra provincia, hecho que va mucho más allá de números económicos y expectativas laborales.

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Cuesta mensurar la real dimensión de aquello que comenzó a vivirse este sábado en nuestra provincia, hecho que va mucho más allá de números económicos y expectativas laborales.

En un recorrido que hicimos al mediodía de ayer por algunos de los locales gastronómicos de Tilcara que reabrieron sus puertas al público, nos hemos dado con una cantidad de sentidos que vale la pena consignar.

Lo nuevo suele juntar las aguas de las esperanzas con las del temor, la cautela con la euforia, y la primera sensación que nos han dejado estas charlas fue que, así como todos son conscientes ya de los cambios que la pandemia produjo en el mundo y en nuestras vidas, estamos empezando a comprender también que la salida de la cuarentena no nos llevará al mismo sitio en que se inició.

Apunto, entonces, las primeras postales: pocas veces en una encuesta de este tipo hemos notado tantas ganas de compartir opiniones, de plantear suposiciones y de manifestar dudas. Cada local al que entramos para saber cómo le había ido en la víspera, se fue convirtiendo en una mesa en la que poder conversar, y a eso hay que sumarle el cuidado: nadie quiere que otro se pueda sentir mal por sus comentarios.

Esto nos hace pensar, y algunos lo manifestaron abiertamente, que de la mano de la posibilidad de ir empezando, de a poco, a revertir números económicos, aspecto en el que hay menos optimismo, lo que más valoran los jujeños en estos días es la posibilidad de tener al menos un poco de sociabilidad. Y no es poca cosa en comparación con las semanas precedentes.

En cuanto a las realidades laborales la cosa ya no es tan pareja, ya no hay una visión de conjunto que, si debiéramos resumirlo en pocas palabras, podríamos decir que la nueva situación que se inicia es muy distinta para con unos y para con otros. Puede tratarse de un tema de actitud o del nicho del mercado a que apuntan, de la inversión previa o de los precios con que decidieron salir al mercado, del hecho de tratarse de una empresa o de un negocio familiar.

Algunos vendieron más pero ganaron menos porque apostaron a platos económicos, otros acaso prefieran decirnos que les fue muy bien como cábala o como estrategia de marketing, y otros son más cautelosos, algunos muy cautelosos. Algunos ya hace tiempo que trabajan con delivery o con comida para retirar del local, y esa misma realidad también tiene resonancias distintas.

Aclarando que no se quiere juzgar a nadie (es una de las frases que más hemos escuchado), varios señalaron la mucha competencia que hay en el delivery. Algunos por necesidad, otros por tanto tiempo en la casa, a aquellos que se dedican a la gastronomía desde antes de la cuarentena se les suman cantidad que comenzaron a hacerlo ahora. Esto marca una distancia visible: quien tiene una estructura comercial y normas por cumplir, parte de una base de costos superior al que lo hace en la casa.

MEDIDAS SANITARIAS / DEBEN CUMPLIRSE EN TODOS LOS LOCALES.

En lo laboral podemos dar algunos ejemplos: un emprendimiento familiar, que funciona como restorán todo el año, ya nos dijo que está buscando personal de limpieza para contratar, pero en otro se nos dijo que, de cinco empleados, sólo están trabajando tres cubriendo las tareas de los cinco. Aquellos que tenían empleados en blanco, por las ayudas de Nación, han podido sostener al personal hasta la fecha, en otros trabajan sólo sus dueños.

Nadie trabajó demasiado en la noche del sábado, y hubo quienes lo hicieron muy poco pero todos saben que hay que esperar para hacer un balance. Hay quienes prefirieron esperar antes de invertir en reabrir sus puertas, y sostienen sólo el delivery hasta que la situación sea más clara, las dudas son muchas y los miedos también, pero no hubo quien no viviera la situación con expectativas, sobre todo pensando en lo que vaya a suceder después del 1 de junio.

El tema de las reservas es otro de los escuchados, y hay un ejemplo de ello que apunta a esa viveza que a veces nos caracteriza y tantas nos perjudica. Para llegarse a Tilcara desde San Salvador de Jujuy, la reserva para cenar en un restorán es un salvoconducto habilitante, por eso es que nos contaron que hay varias reservas caídas: las de aquellos que las solicitan para que los dejen viajar y entonces poder visitar a algún amigo.

Como sea, con pocas mesas ocupadas, con ese aire que se respira de volver a la actividad, que más no sea para no estar en casa, para que se mueva la plata aunque aún no de rédito o para tener con quienes conversar, con incertidumbre, temor y esperanzas, la oferta gastronómica de Tilcara reabrió, en parte, sus puertas, y es una propuesta abierta al público local y de la ciudad que quiera y pueda aprovechar estos resquicios de esparcimiento en medio de la cuarentena.