Después de dos meses de reclusión, los chalecos amarillos se manifestaron en pequeños grupos pero fueron dispersados por la policía.
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Después de dos meses de reclusión, los chalecos amarillos se manifestaron en pequeños grupos pero fueron dispersados por la policía.
A pesar de las prohibiciones por las medidas de confinamiento en Francia, grupos del movimiento de chalecos amarillos salieron a las calles de varias ciudades francesas para protestar por la gestión de los Gobiernos locales ante la pandemia de Covid-19.
Después de dos meses de reclusión, los chalecos amarillos se manifestaron en pequeños grupos pero fueron dispersados por la policía, luego que las alcaldías les negaron el permiso correspondiente para manifestarse ante la crisis sanitaria por el nuevo coronavirus.
A pesar de que Francia inició de la semana pasada medidas de desconfinamiento, las manifestaciones están prohibidas en el país europeo.
Sin embargo, las prefecturas de los departamentos involucrados han prohibido todos estos eventos debido a los riesgos de salud actuales, en medio de la pandemia.
En París y Montpellier, manifestantes desafiaron estas restricciones.
"Hay sanción para todas las reuniones de más de diez personas", recordó el ministro del Interior, Christophe Castaner.
En Toulouse y Nantes, que habían experimentado fuertes manifestaciones en 2018 y 2019, los chalecos amarillos tenían pequeños grupos dispersos en el centro de la ciudad a primera hora de la tarde, en presencia de grandes fuerzas policiales.
En la capital francesa, según varios videos publicados en las redes sociales, los chalecos amarillos se reunieron en la Plaza de la República . Diez personas fueron multadas y dos arrestadas, dijo la prefectura de la policía en un tuit .
Anteriormente, el Gobierno francés había decidido que las reuniones se limiten a 10 personas, y la multa por romper esta regla se ha aumentado de 41 a 145 dólares. Sin embargo, a partir del lunes 11, Francia ha levantado gradualmente las restricciones impuestas por la pandemia del coronavirus.
En París, así como en otras zonas rojas de alto riesgo de infección, se sigue aconsejando no salir de las casas, a menos que sea estrictamente necesario, y los parques y jardines permanecerán cerrados.
En Montpellier, se lanzó un llamado a "una salida popular y social" desde el final del encierro, organizado por el grupo de resistencia local.
La intención era protestar contra la "incompetencia del gobierno en la preparación y gestión de una pandemia" y "aprovechando la situación para la multiplicación de medidas de autoritarias y de seguridad cibernética".
Las protestas del movimiento chalecos amarillos que se han estado realizando en todo el país desde noviembre de 2018, inicialmente, habían sido provocadas por un impuesto al combustible, pero se convirtieron en una expresión general contra el Gobierno del presidente Emmanuel Macron.