Fue casi un milagro que un jujeño que trabaja como gerente de turismo en un barco de una empresa internacional, lograra regresar a la provincia en plena pandemia.
Estuvo en cuarentena durante dos meses en altamar, pero logró la autorización para retornar al país.
Relató a El Tribuno de JujuyP los percances de un viaje “eterno”, entre no poder ir a un baño apropiado por varias horas. Pidió la reserva de su identidad, por seguridad
Dijo que luego de dejar en Miami a los últimos pasajeros de un viaje, tenía la intención de volver desde allí al país, pero la idea no prosperó. Tuvo que partir desde Barbados el 22 y hacer escala en Brasil para llegar a la Argentina.
El viernes a las 6.30 arribó a Ezeiza. Se trasladó a la terminal de Dellepiane donde esperó que se completara una combi con otros 17 pasajeros, entre ellos tres niños, que tenían como destino Tucumán y Salta.
“La odisea comenzó en Santiago del Estero, luego de 24 horas de haber ingresado al país, debido a que nos desviaron por un camino incorrecto que ocasionó una demora. Eso ocurrió ayer (el sábado) a las 7 de la mañana. En Brea Pozo (Santiago del Estero) tuvimos que aguardar unas horas porque no nos dejaban bajar”, dijo a este matutino.
“En Tucumán nos advirtieron de esta situación y nos pidieron esperar para ser escoltados por una unidad policial para no tener que volver 250 kilómetros. Los que debía ocurrir en 20 minutos terminó con cuatro horas de espera y sin ninguna patrulla”, aclaró, agregando que por la demora la combi llegó ayer a la 3 a las 3 cuando el acceso estaba cerrado. “Tuvimos que dormir en el colectivo y seguir recién nuestro viaje a las 9 de la mañana”, relató.
“En Salta se quedaron tres personas y seguimos a Jujuy un compañero de San Pedro y yo”, expresó, acotando que también tuvieron inconvenientes en Pampa Blanca para trasladarse cada uno a sus lugares. Finalmente llegó a la Terminal jujeña y de allí se trasladó a un hotel de esta ciudad, gracias a la reserva que le hicieron algunos amigos, para realizar la cuarentena obligatoria.
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Fue casi un milagro que un jujeño que trabaja como gerente de turismo en un barco de una empresa internacional, lograra regresar a la provincia en plena pandemia.
Estuvo en cuarentena durante dos meses en altamar, pero logró la autorización para retornar al país.
Relató a El Tribuno de JujuyP los percances de un viaje “eterno”, entre no poder ir a un baño apropiado por varias horas. Pidió la reserva de su identidad, por seguridad
Dijo que luego de dejar en Miami a los últimos pasajeros de un viaje, tenía la intención de volver desde allí al país, pero la idea no prosperó. Tuvo que partir desde Barbados el 22 y hacer escala en Brasil para llegar a la Argentina.
El viernes a las 6.30 arribó a Ezeiza. Se trasladó a la terminal de Dellepiane donde esperó que se completara una combi con otros 17 pasajeros, entre ellos tres niños, que tenían como destino Tucumán y Salta.
“La odisea comenzó en Santiago del Estero, luego de 24 horas de haber ingresado al país, debido a que nos desviaron por un camino incorrecto que ocasionó una demora. Eso ocurrió ayer (el sábado) a las 7 de la mañana. En Brea Pozo (Santiago del Estero) tuvimos que aguardar unas horas porque no nos dejaban bajar”, dijo a este matutino.
“En Tucumán nos advirtieron de esta situación y nos pidieron esperar para ser escoltados por una unidad policial para no tener que volver 250 kilómetros. Los que debía ocurrir en 20 minutos terminó con cuatro horas de espera y sin ninguna patrulla”, aclaró, agregando que por la demora la combi llegó ayer a la 3 a las 3 cuando el acceso estaba cerrado. “Tuvimos que dormir en el colectivo y seguir recién nuestro viaje a las 9 de la mañana”, relató.
“En Salta se quedaron tres personas y seguimos a Jujuy un compañero de San Pedro y yo”, expresó, acotando que también tuvieron inconvenientes en Pampa Blanca para trasladarse cada uno a sus lugares. Finalmente llegó a la Terminal jujeña y de allí se trasladó a un hotel de esta ciudad, gracias a la reserva que le hicieron algunos amigos, para realizar la cuarentena obligatoria.