Transcurría la gloriosa celeste y blanca jornada del 25 de mayo de 1995, cuando un grupo de entusiastas corazones sampedreños, transformó en realidad aquel sueño, aquel ferviente desafío de redescubrir, en cada rincón de la provincia de Jujuy, esos nombres que, desde el anonimato, supieron con su labor comprometida y silenciosa, sembrar y hacer verbo vital sus vidas. Hace 25 años se presentaba el primer número de la revista cultural Grito Verde, cuyo nombre, reflejaba el despertar de historias dormidas y calladas que, a partir de ese momento, se levantarían desde el verde solar, desde el "verde país de soles y cañaveral".
inicia sesión o regístrate.
Transcurría la gloriosa celeste y blanca jornada del 25 de mayo de 1995, cuando un grupo de entusiastas corazones sampedreños, transformó en realidad aquel sueño, aquel ferviente desafío de redescubrir, en cada rincón de la provincia de Jujuy, esos nombres que, desde el anonimato, supieron con su labor comprometida y silenciosa, sembrar y hacer verbo vital sus vidas. Hace 25 años se presentaba el primer número de la revista cultural Grito Verde, cuyo nombre, reflejaba el despertar de historias dormidas y calladas que, a partir de ese momento, se levantarían desde el verde solar, desde el "verde país de soles y cañaveral".
Nacía así, una revista sin fines de lucro, sostenida económicamente por su propio equipo y para proyectar cada historia, entregaba en forma gratuita, los ejemplares a las escuelas, a las bibliotecas, a las instituciones del medio, incluso hasta las ubicadas en las zonas más alejadas de la provincia y a todos los medios de comunicación.
“DUENDE DE PLATA”/ CUANDO LO RECIBIÓ FÉLIX INFANTE, UNO DE LOS PREMIADOS POR GRITO VERDE
Todo el trabajo realizado, cumplió y cumple cabalmente, hasta hoy, con el objetivo que sustentó su nacimiento. Nada fue fácil, fueron tiempos de luces y sombras, pero ante la imposibilidad de la publicación, en este nuevo tiempo, el equipo apuesta ahora al formato digital, porque bien sabido es que "lo que no se da se pierde", y en el corazón de sus creadoras, late fuertemente la necesidad de que todos puedan tener al alcance de sus manos, la historia nacida de las manos laboriosas de Grito Verde, la que gracias a las herramientas tecnológicas se puede lograr.
Ese es el nuevo desafío que se emprende y que la comunidad podrá tener a su disposición en los próximos días, con una entrega mensual y seguramente, se incluirán documentales y material audiovisual inédito que atesora el equipo.
Acercar a los hacedores de historia y cultura
Lo singular de Grito Verde, fue la presentación pública de cada uno de sus números en actos donde las instituciones, personajes, artistas, deportistas, tenían pleno contacto con la gente y recibían el merecido reconocimiento por parte del equipo y en cada 25 de mayo, celebraba su aniversario con una gran fiesta en la que se realizaban las premiaciones y la entrega del máximo galardón, la estatuilla del "Duende de Plata".
ENTREVISTAS/ LA PUBLICACIÓN SE FUNDÓ EN 1995.
Más de tres mil jujeños recibieron como reconocimiento, una mención o una distinción, todas entregadas con el más grande afecto. Es verdad que se siente la ausencia, porque Grito Verde fue y es mucho más que una publicación, su equipo realizó actos conmemorativos de importantes fechas, instó a los niños y jóvenes a la recuperación de nuestros símbolos y monumentos públicos, por todo lo realizado, son muchos los que aguardan el retorno de Grito Verde, para que los artistas, poetas, historiadores, instituciones, que pusieron el alma y la magia de los talentos, sigan siendo presencia en sus páginas.
Nuevos tiempos y apuesta
Todavía hay muchos nombres anónimos esperando ser redescubiertos, conocidos y reconocidos por la comunidad, aguardando el merecido reconocimiento por sus obras, por su entrega en diferentes facetas de la vida. Por esos héroes silenciosos que, desde su más humilde siembra, dejaron huellas imborrables, presentes y futuras, sin esperar recompensas, se aproxima el retorno de Grito Verde.
Y como aquel 1995, será más que con recursos económicos, con la necesidad ferviente y movilizadora de la gratitud, de darlos a conocer, de rescatar sus nombres, y ese mandato imperioso de reconocerlos por tanta entrega que jamás tuvo precio más que aquel de haber hecho la diferencia de existir y sostener un ideal.