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¿Qué seguimos haciendo?

Martes, 26 de mayo de 2020 10:32

 Sí. Es la pregunta que nos hacemos aquí y en el otro lado del mundo. ¿Qué seguimos haciendo? Porque las restricciones debidas al coronavirus, las que teníamos, las que estaban y las que vendrán si la pandemia no da tregua, no nos dan mucho espacio, en el sentido literal de la palabra.

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 Sí. Es la pregunta que nos hacemos aquí y en el otro lado del mundo. ¿Qué seguimos haciendo? Porque las restricciones debidas al coronavirus, las que teníamos, las que estaban y las que vendrán si la pandemia no da tregua, no nos dan mucho espacio, en el sentido literal de la palabra.

 Es un virus aún desconocido, pero como un enemigo invisible se ha instalado rápidamente en todo el mundo. En algunas partes más que en otras.

 Se nos ha impuesto el confinamiento involuntario a fin de salvar vidas y no congestionar la capacidad de los hospitales públicos, que son los que están lidiando con el virus y los pacientes mayores o en riesgo y que debido a la falta de equipos, pues nadie contaba con una epidemia local con tales números, han tenido que someter a la población al aislamiento a fin de poder “organizarse” y evitar el desborde, que aun así se produjo.

 Mucha gente que no pudo ir al hospital porque no había lugar, mucha gente que terminó sus días en sus casas. Una tristeza en las noticias que circulaban en los medios de todo el mundo y de diferentes países. No se salvaron países ricos ni pobres, ni reyes o príncipes, como el caso del príncipe británico Carlos o políticos de decisiones extremas como el primer ministro británico Boris Johnson, cuya convalecencia dejó al pueblo del Reino Unido en vilo por un largo tiempo.

 También los conciertos se vieron suspendidos de manera indefinida. Nadie sabe en el mundo cuándo podremos cantar nuevamente o asistir a un concierto de nuestro grupo favorito, sea pop, rock, reggae, cumbia o salsa, música clásica o la misma Opera de Viena o el Covent Garden de Londres. Grandes salas como el Carnegie Hall de Nueva York o el Royal Albert Hall de Londres ni siquiera cuentan con gente que pasa delante de ellos. Menos se puede hablar de las colas que se hacían en las noches donde grandes figuras de la música hacían sus presentaciones en estas salas y en las pausas nos reuníamos para tomar una copa de champán o cava y comentar cuánto nos había gustado el recital, o criticar al cantante que se equivocó en tal o cual parte.

 Tales tiempos que fueron, son inciertos ahora. ¿Cuándo podremos volver a disfrutar? Pues no lo sabemos pero con toda seguridad ¡volveremos a hacerlo!

 Con el aislamiento mundial sin embargo se han abierto muchas posibilidades: desde visitar un museo o varios de manera “online” o escuchar el concierto de nuestro cantante favorito pero por streaming.

 Mientras tanto, desde nuestro confinamiento podemos aprovechar para ver más de lo que hubiéramos imaginado en nuestra vida.

 Debido a la solidaridad reinante, el museo Louvre, el Prado y varios otros, han abierto sus puertas virtuales para visitarlos. Es posible visitar muchos monumentos y museos en forma totalmente gratuita y libre, con la sola condición de acceder a internet.

También hay conciertos filmados en directo a los cuales podemos acceder con tan sólo hacer un click. No hay público presente en la sala pero sí las cámaras transmiten en vivo y podemos tener la ilusión de estar presentes en la Scala de Milán, la Filarmónica de Berlín o quizás en el Teatro Colón, si es que se han adherido a este movimiento solidario universal.

 Así, podemos cada día del confinamiento estar en un teatro diferente, en una sala de concierto también diferente y con un escenario distinto. Podemos presenciar las orquestas más famosas y presentando todos los días un repertorio interesante. ¡Estamos en contacto con todo el mundo!

 Querido lector: ¿has aprovechado para buscar en los medios sociales, Facebook, Youtube u otra aplicación o programa a través del cual puedas acceder a un concierto en vivo a través de las redes?

¿Has visitado el museo que siempre quisiste ver?

Quizás no tengas más oportunidad luego del confinamiento para acceder a esta oportunidad gratuita. Incluso luego del confinamiento los viajes serán de a poco y quizás no accesibles para todos.

 Entonces ¿qué mejor manera de viajar desde tu casa y gratuitamente a esos lugares que siempre soñaste, visitando sus monumentos e imaginando cómo son? Porque la piedra es piedra en París o San Pedro de Jujuy, un árbol crece igual y la rosa florece de la misma manera.

Aprovecha tu imaginación para estar presente en la opera de París, preparándote luego un buen bife con papas fritas, que también lo podrías comer en el restaurante de la zona de la Madeleine, quizás con un precio desorbitante, pero con un camarero español que te servirá un vino tinto francés, o uno argentino, incluso de Cafayate.

Animémonos a viajar con nuestra fantasía y disfrutar de la vida cultural que se nos abre gratuitamente en estos tiempos del covid-19.

¡A mal tiempo, buena cara!