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Una historia diferente es la de Marcela Mormina y su hija Guadalupe Guerrero, de Perico, que arrancaron durante la cuarentena por curiosidad y por la satisfacción de aprender y lograr consumir la primera cosecha. "El proyecto de la huerta en casa surgió con Guadalupe, mi hija, por curiosidad de ella, viendo en Youtube cómo de un pimiento morrón se podían separar las semillitas y producir. Empezamos como un juego, ella hizo el semillero. Se llenó de plantas y eso avivó la idea", dijo.
Comenzaron a investigar y ya tenían varias plantas. Cuando comenzó la cuarentena avanzaron más allá del morrón y buscaron opciones. "Un día me decidí yo, en un primer momento no había verduras, no sabíamos qué iba a pasar, compré semillas sueltas de rúcula, rabanito, acelga, zanahoria y otras y algo de tierra de monte", dijo. Separaron botellas y con tutoriales hicieron plantines a modo de ensayo-error. "En casa todos se coparon, necesita un cuidado mínimo de sol, riego y me sirve para desestresarme", dijo, Aprendió que el rabanito necesita sol y sino se estira y no se hace el bulbo, y cosechó espinaca.