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Los encargados de sanarnos y hacernos buenas personas

Domingo, 03 de mayo de 2020 01:03

Realmente existen ángeles terrenales entre nosotros, máquinas del bien que no hacen más que repartir amor y están dispuestos a hacerlo sin pedir nada a cambio y lo hacen pese a que tenemos muchos errores. Es que ellos solamente disparan bondades aunque hay personas que no los valoran y los maltratan.

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Realmente existen ángeles terrenales entre nosotros, máquinas del bien que no hacen más que repartir amor y están dispuestos a hacerlo sin pedir nada a cambio y lo hacen pese a que tenemos muchos errores. Es que ellos solamente disparan bondades aunque hay personas que no los valoran y los maltratan.

Una mascota es uno más de la familia, es aquel integrante que levanta ánimos, que está en las malas siempre y que es un pilar fundamental para la crianza de los más chicos que aprenden valores y de responsabilidad cuidándolas.

Es que los niños se sienten protegidos junto a ellos y aprenden de ese amor que no paran un segundo de dar, por eso incorporar una mascota a nuestro hogar puede ser de gran utilidad para criar a personas de bien que sientan empatía y solidaridad el día de mañana porque nuestras mascotas nos transmiten eso.

Son sanadoras: son innumerables los casos de personas que eligieron estar cerca de sus mascotas cuando atravesaron una enfermedad, o adultos mayores que viven solos junto a su gato o perro y los cuidan como sus propios hijos. Y ellos también lo hacen como si fuesen sus padres o madres porque nos devuelven todo lo que les damos. Cuando estamos bien van a estar ahí moviéndonos la cola, pidiéndonos salir a pasear o una caricia, y cuando estamos mal también están al lado nuestro conteniéndonos y brindándonos el cuidado necesario para salir adelante.

No voy a criticar a aquella gente que decide comprar un perro "de raza" pero sí quiero felicitar a los que optan por adoptar un "callejerito". Porque adoptar un callejero implica una demostración doble de amor ya que el destino de esa mascota podría ser el peor y le estás dando un hogar, llevándolo por otro camino y evitando todo lo malo que le pueda pasar por vivir en la calle.

Adoptar un perro o gato callejero tiene un beneficio que va más allá ya que ellos, como sabios que son, saben reconocer a esa heroína o a ese héroe que le salvó la vida. Porque es eso, cuando una persona decide adoptar a una mascota de la calle lo que hace es salvarle la vida y eso tiene un premio muy hermoso que ellos se encargan de dárnoslo.

Pero para que pasen estas situaciones tienen que haber otras malignas que provocan que estos animalitos queden desamparados y a su suerte. Hay gente mala, y son muchos, los que abandonan a sus mascotas o no los cuidan como deberían haciendo que se reproduzcan y dejen a sus cachorros con riesgos de morirse.

Para saber si una persona es buena o no, nos vamos a dar cuenta por cómo trata a su mascota porque detrás de un maltrato hacia un animal hay una perversidad que ese ser también emplea hacia otras personas. Por eso es muy importante denunciar a los maltratadores.

Maltrato no solo implican los golpes o los asesinatos que lamentablemente se suelen ver con frecuencia por parte de desalmados hacia nuestras mascotas. Maltrato también implica el abandono que generalmente se da cuando el animal crece y también crece esa falta de responsabilidad dejándolos en la calle, no alimentándolos bien o no llevándolos al veterinario.

Por esa razón no hay que incorporar a estos seres de luz a nuestros hogares sin antes organizar nuestras responsabilidades y reunir las condiciones necesarias para integrarlos a la familia. Tampoco hay que ver a un cachorro como a un juguete que se le puede regalar a un niño, porque un cachorro tiene vida y precisa cuidados esenciales como cualquier pequeño. Y esas situaciones, lamentablemente, también ocurren en reiteradas ocasiones cuando padres irresponsables les regalan mascotas a sus hijos que a medida que van creciendo pierden interés y son abandonados en la calle provocándoles, en muchos casos, la muerte por un accidente de tránsito o por una enfermedad.

Por eso, tener entre nosotros a estos ángeles terrenales es un acto de amor, más si es adoptado, que precisa de un corazón bondadoso y responsable que sepa brindarles todo aquello que ellos nos dan, que sepa cuidarlos como ellos lo hacen con nosotros porque una mascota nos repara, nos cura cuando estamos mal, nos acompañan en todas y nos hacen creer en el bien, en síntesis, nos hacen ser buenas personas.

 

 

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