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Cuando vine acá y conocí Europa me enamoré

Un viaje soñado a Europa le cambió la mirada a Sofía Bragantini quien de inmediato se fijó el objetivo de volver a vivir allí. Gestionando la ciudadanía italiana llegó al país de su abuelo y aunque tuvo dificultades logró establecerse en Ferrara, una pintoresca ciudad medieval.
Domingo, 31 de mayo de 2020 01:00

Había vuelto de su primer viaje por Europa en enero del 2019 obnubilada por la belleza y tranquilidad de las ciudades que visitó cuando decidió dar un vuelco a su vida e irse a vivir allá, y lo consiguió en agosto del año pasado. En principio pensó en Barcelona, pero aprovechando sus raíces comenzó por Italia, mientras espera la ciudadanía, y fue recorriendo un par de ciudades hasta que logró establecerse no con pocas dificultades.

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Había vuelto de su primer viaje por Europa en enero del 2019 obnubilada por la belleza y tranquilidad de las ciudades que visitó cuando decidió dar un vuelco a su vida e irse a vivir allá, y lo consiguió en agosto del año pasado. En principio pensó en Barcelona, pero aprovechando sus raíces comenzó por Italia, mientras espera la ciudadanía, y fue recorriendo un par de ciudades hasta que logró establecerse no con pocas dificultades.

“La ciudadanía está tardando demasiado. De todas maneras ya estoy en pareja así que me quedo en Italia”, explicó. Es que al principio nada fue fácil en materia laboral, pese a que es freelance, con su página, ya que es diseñadora de indumentaria y textil, modelista y modelista digital.

Estudió en Córdoba y luego vivió en Buenos Aires donde trabajaba con distintas empresas textiles desarrollando moldería para ropa que se produce en cantidad, entre otros Muaa; y también a dar clases de moldería en papel y moldería digital.

Llegó a Europa luego de independizarse laboralmente, como consultora externa y entonces decidió volver. “Cuando vine acá y conocí Europa me enamoré, esto de verdad es el primer mundo. Estaba cansada de Argentina, de las políticas, de que la calle es súper insegura, al final amaba tener mis alumnos, pero salir tranquila a la calle acá era lo que necesitaba, además que acá el diseño funciona en otro nivel”, explicó.

Llegar fue difícil al principio por el idioma, porque sabía inglés pero no era suficiente, pero luego en tres meses logró aprenderlo. En la primera ciudad consiguió trabajo para cuidar a un chico con síndrome de Down para acompañarlo, que aprenda inglés pero sufrió acoso del padrastro, y tuvo que irse a casa de una amiga que conoció en el viaje, luego a casa de la amiga de su madre en Roviro, hasta que se puso en pareja y se estableció en Ferrara.

Sin la ciudadanía no puede trabajar formalmente, lo hace en forma independiente con su página web y su marca, dando cursos en Argentina, con sus redes sociales, “Travelling patterns” en Instagram, mostrando el proceso de moldería digital, información acerca de la industria de la indumentaria, y está haciendo una página. Pero los ingresos son en pesos y transformar a euros, que por el 30% es bajo y no pudo sacar efectivo pese a que se comunicó con el banco Galicia, pero lo sobrelleva con su pareja y amigos. Una vez en Europa conoció Cosenza, Roviro, Milán, Roma, Bolonia y espera que pase la pandemia para ir a Croacia y Grecia. “La idea es conocer el mundo, de aquí es mucho más fácil”, afirmó. A la joven siempre le gustó viajar y cumplió su cometido de conocer Argentina y conoce 20 provincias, porque adoraba conocer gente de otras culturas. No descarta mudarse a España en un par de años junto a su pareja que ya conoció.

La cuarentena la lleva bien. “Yo soy afortunada de vivir en un departamento con jardín enorme, y pude salir a hacer ejercicio, pero la cuarentena estuvo difícil en Italia. Dijo que en Ferrara no hubo tantos contagios, igual hicieron pocos muestreos, “tenemos amigos que estuvieron mal de salud pero nunca les hicieron el hisopado, están bien pero nunca supieron si tenían”, explicó y que en Milán fue una bomba de contagio.

"La comida acá es la mejor, es riquísima y de buena calidad. Lo que más extraño son los sabores argentinos, un locro, tamal, me muero por comer una humita en Purmamarca", contó, pero extraña a la familia. Si bien la veía cada tres meses ahora con la pandemia no podrá volver en julio a cuatro destinos de Argentina para dictar cursos.

Extraña su familia

Su familia está en Jujuy y su abuela en Buenos Aires. Definió que extraña a la familia y los sabores de Jujuy. Buscar la ciudadanía era la clave, ya que su abuelo era de Udine y llegó al país con un año, su padre nació en Buenos Aires, y por el trabajo de su padre se mudaron y se establecieron en Jujuy.

Es que Bragantini es jujeña por adopción, vive con su familia desde los 4 años, y estudió en los colegios Los Lapachos y luego José Hernández, antes de partir a estudiar a la universidad. "Agradezco que puedan moverse y estar juntos. Me deja tranquila", afirmó ya que sus hermanos volvieron de Córdoba y Buenos Aires a Jujuy.

 

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