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Esfuerzo y pasión en la elaboración de vino artesanal

La bodega “Mis Primeros Frutos” renació para producir vinos de alta gama elaborados por el técnico Ángel Gómez.
Domingo, 31 de mayo de 2020 01:00

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No bajar los brazos y dejarse guiar por aquello que nos apasiona parece ser la receta perfecta para tener un emprendimiento cuya singularidad lo hace exitoso. Así, llena de esfuerzo y pasión por los vinos, es la historia de Ángel Gómez, un técnico enólogo que decidió revivir una bodega de los años 30 que pasó más de 60 años en el abandono para lanzar su línea de vinos de alta gama “Mis Primeros Frutos”.

Hace un par de días visitamos la bodega “Mis Primeros Frutos” a la que cordialmente nos invitó Ángel Goméz, ubicada en la ruta provincial 47, en el kilómetro 12, a la altura de Santo Domingo, en la jurisdicción de Perico, donde pudimos conocer, oler y saborear los vinos que produce con mucho amor y pasión.

Hace 10 años, Ángel Gómez comenzó a recuperar las instalaciones de lo que fue la bodega “Santo Domingo”, hoy denominada “Mis Primeros Frutos” construida en la década del 30 por la primera Cooperativa Vitivinícola de El Carmen. El inicio del proyecto se dio cuando su dueña, ya fallecida, Virginia Nan, en una feria de artesanos se acercó y le ofreció a Ángel conocer la bodega subterránea que llevaba más de 60 abandonada y en cuya superficie se clasificaban hojas de tabaco.

Cuando el artesano de los vinos la visitó vio su potencial como un espacio histórico y sus condiciones para la fabricación de vinos de alta gama.

Gómez recordó que los primeros vinos se realizaron allí, fueron de uva Monterrico y endulzados con estevia pero ante la imposibilidad de obtener la certificación para comercializar este particular producto, comenzó a fabricar vinos con cepas francesas de las variedades Malbec, Syrah, Cabernet, Tempranillo y Chardonnay que se compran en viñas de Cafayate, Tucumán y Catamarca que tienen la certificación correspondiente.

Sobre la identidad de los vinos, dijo que “no son vinos de borra, ni de prensa sino que utiliza otro procedimiento químico que permite obtener un vino exclusivo de gran calidad. Es un ser vivo al que atendemos de acuerdo al tipo de vino que queremos obtener”, detalló al mismo tiempo que lo comparó con un niño con fiebre al que es necesario controlar de forma constante buscando que no tome más temperatura de la adecuada para obtener el cuerpo y el sabor que se busca. Para el técnico en enología sus vinos “son únicos y no se parecen en nada a los que se venden en los supermercados”.

“Hago vinos de alta gama con procesos artesanales. Nuestro Malbec del 2015 fue a Francia donde fue degustado en la Embajada argentina. Esos son algunos de los logros que nos muestran que estamos haciendo algo bueno y con mucha humildad”, señaló.

 En lo que refiere a la comercialización indicó que por el momento se realiza en circuitos turísticos y ferias de artesanos. Son los turistas uno de sus principales clientes.

Este año debido a la circunstancias especiales que implica la cuarentena, se hicieron 1.800 litros de vinos, pero en años anteriores la producción promedio fue de 5 mil litros.

Faceta educativa

Por otro lado, Ángel comentó la faceta educativa de este proyecto. La bodega tiene las condiciones necesarias para recibir delegaciones escolares interesadas en conocer el proceso de elaboración de vinos artesanales y la historia de la vitivinicultura en los valles.

Gómez indicó que fueron muchas las delegaciones escolares que la visitaron y pudieron participar del proceso de envasado.

Los niños pueden participar del llenado en las botellas, luego colocan el corcho y etiquetan las botellas.

De esa forma pueden visualizar todos los pasos previos a la comercialización de los vinos.

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