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Laberintos Humanos: En su sueño

Jueves, 07 de mayo de 2020 01:03

Les hablaba de esa pareja que se conoció en una fiesta, se amaron en la noche de esa patronal en el baile, pero vivían en pueblos separados y no era fácil eso de encontrarse. Contaban los días hasta dar con una excusa que les permitiera viajar uno al pueblo del otro, hasta que una vez ella dejó de hacerlo.

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Les hablaba de esa pareja que se conoció en una fiesta, se amaron en la noche de esa patronal en el baile, pero vivían en pueblos separados y no era fácil eso de encontrarse. Contaban los días hasta dar con una excusa que les permitiera viajar uno al pueblo del otro, hasta que una vez ella dejó de hacerlo.

Pasaron los días y él empezó a olvidarla, al principio con algo de tristeza, luego con melancolía y al fin con resignación, hasta que una mañana, al despertar, recordó que la había soñado. Por eso les dije ayer que se trataba de la historia del soñador y la soñada, no porque ella fuera sólo un sueño de él, sino por esto que acabo de contarles. Al despertarse con el canto del gallo, el hombre recordó haberla soñado. No estaba seguro de donde ni cómo, capaz que aquel sueño no tuviera un argumento, sólo importaba que ella estuvo en ese sueño y con eso alcanzó para que pusiera sus cositas sobre el lomo del burro, y caminara hasta el pueblo de ella. No tardó mucho en encontrarla y le contó lo de su sueño. Y esa vez volvieron a amarse, y con el correr de los días volvieron a perderse.

En realidad era ella la que se perdía, y él tardaba en olvidarla pero al fin lo lograba hasta que volvía a soñarla y a buscarla, y se amaban. Lo extraño empezó a ser lo normal, y lo triste empezó a tornarse maravilloso. Se perdían el uno al otro, lo que era más bien que él la perdía, pero ya tenía la certeza de que, al soñarla, la encontraría nuevamente, como si fuera él el dueño de sus sueños y no ella la que acaso lo llamaba.

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