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"La idea es ser positivo, aguantar y salir adelante"

Con adrenalina y altibajos José "Colo" Corrado da su tercera batalla contra el linfoma de Hodgkin, mientras apoya a otros.
Miércoles, 10 de junio de 2020 01:02

Lleva cinco años de tratamiento por el linfoma de Hodgkin o cáncer de los ganglios que le diagnosticaron en 2015, tuvo remisiones y otro tratamiento fuerte en 2018. Sin lograr el trasplante de médula a tiempo, el cáncer volvió. Hoy avanza por tercera vez contra la enfermedad, sin perder el humor, exorcizando sus miedos y buscando apoyar a quienes inicien ese camino como pacientes llenos de dudas y temores para decirles que se puede salir adelante.

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Lleva cinco años de tratamiento por el linfoma de Hodgkin o cáncer de los ganglios que le diagnosticaron en 2015, tuvo remisiones y otro tratamiento fuerte en 2018. Sin lograr el trasplante de médula a tiempo, el cáncer volvió. Hoy avanza por tercera vez contra la enfermedad, sin perder el humor, exorcizando sus miedos y buscando apoyar a quienes inicien ese camino como pacientes llenos de dudas y temores para decirles que se puede salir adelante.

En 2015 se hizo quimioterapia, con un protocolo denominado ABDV, por lo que tras 12 sesiones entró en remisión. En 2018 volvió el cáncer, se sometió a otro protocolo con una droga más fuerte que le costó tolerar y llegó a la remisión

Pero entendiendo que si el cáncer volvió una vez podría hacerlo otras, le dieron seis meses para hacerse un trasplante de médula ósea, y debido a que estaba libre de médula, se iba a hacer un autotrasplante. Fue a Buenos Aires y lo aceptaron, le pidieron estudios prequirúrgicos que hizo en Jujuy y regresó para el trasplante, pero lo rechazaron porque los estudios no estaban bien y debían rehacerlos y volver en un mes, y se demoró cuatro, de modo que el cáncer había vuelto.

"Aquí estoy, empezando la tercera fase del linfoma de Hodking, y si la llego a pasar por tercera vez debería ir a trasplante. Cuando estoy mal trato de no demostrarlo porque mucha gente tiene miedo", explicó José "Colo" Corrado, dueño de una personalidad arrolladora y de un humor que supera sus altibajos.

De hecho, vive cada tramo de su enfermedad con la mejor actitud, y trata de superar la fobia a las agujas pensando en el otro, en principio en su sobrina Abril quien aleccionadoramente le contó que lloraba viéndolo sufrir por esos episodios frecuentes por los tratamientos y plasmados en videos que acostumbra hacer para distraerse. Eso le hizo un click y desde entonces los hace con una sonrisa y buscando transmitir que "no es tan malo, sí se puede".

La idea es dejar el halo negativo con el que se asocia al cáncer, buscando siempre que se conozca que se puede superar. Se vale siempre del humor, que comparte con amigos también pacientes oncológicos con los que integra grupo de Whatsapp, donde es común escuchar o compartir el video o fotos de los africanos bailando con un ataúd en hombros, como una forma de exorcizar a la parca o de evitar el miedo.

En la primera quimioterapia le escribió una chica que salía de un cáncer de mama quien le ofreció ayuda sin saber de qué se trataba porque vivía en otra provincia, y fue clave para contenerlo despejando dudas con base en su experiencia y develando mitos respecto al cáncer. "De verdad me ayudó mucho, con el pasar de los meses nos hicimos muy amigos, y me propuso que hablemos con otra chica que entraba en tratamiento", recordó. "Si bien tenemos psicólogos, ellos nunca han hecho una quimioterapia, los doctores tampoco, pueden saber mucho pero nadie siente lo que sentimos nosotros", agregó aludiendo a lo que luego se convirtió en un grupo de pacientes que se apoyan e intercambian experiencias. "A veces pasan meses sin que nadie hable y luego charlan, se llora y se ríe, se mandan chistes. Hay hombres, mujeres de todas las edades, de diferentes enfermedades, nos ayudamos".

De allí surgió una remera que decía "fuck cáncer" que imprimió, se la pidieron en 2016 pero en 2018 volvió la iniciativa de su amigo que trajo otra y decía "puto cáncer", frase que encerraba la impotencia. Le compraron amigos y con lo recaudado donaron jugos, barbijos etc. a la sala rosa del Hospital de Niños.

Hoy a sus 37 años sigue la tercera etapa de su tratamiento con un motor afectivo, sus hijas, Amparo Celina de un año y medio, y Azucena de cinco. "La idea es ser positivo, aguantar y salir adelante", explica el "Colo", alguien sin filtro pero con gran empatía y generosidad por quienes atraviesan también un mal momento.

Los tipos de linfoma y sus síntomas

EN FAMILIA / CORRADO Y SUS NIÑAS, AMPARO Y AZUCENA, Y LA MADRE DE ELLAS.

El saber popular indica que los ganglios situados en el cuello, la ingle y las axilas actúan como una suerte de "centinelas" que nos alertan de que algo funciona mal en el organismo. Si se inflaman, pueden estar indicando la existencia de un proceso infeccioso pero los especialistas destacan que ante la persistencia de esos signos es importante consultar para descartar que se esté ante la presencia de un linfoma.

Están en desarrollo opciones terapéuticas que permitirán optimizar y ajustar el tratamiento de los linfomas a cada paciente.

"En este tipo de enfermedades es poco probable hacer prevención, pero sí se puede concientizar de que cualquiera de estos síntomas amerita la consulta para, de ser necesario, extraer una muestra del ganglio inflamado y estudiarlo para arribar al diagnóstico", señaló María Silvana Cugliari, jefa del Departamento de Hematología del Instituto de Oncología "Ángel H. Roffo"-UBA.

Los linfomas, junto a las leucemias y el mieloma, representan la quinta causa de muerte por cáncer en adultos a nivel mundial . En Estados Unidos casi el 5% de los nuevos casos de cáncer, 82.000 en 2019.

"A nivel local no contamos con datos epidemiológicos, pero se está trabajando desde la Sociedad Argentina de Hematología para intentar armar registros. Es que existen muchos tipos de linfomas, Linfoma de Hodgkin y Linfoma No Hodgkin, de distintos grupos etarios, requieren tratamiento distinto y evolucionan de manera diferente. Por eso es sumamente importante la biopsia que identifique el subtipo de linfoma para indicar el tratamiento adecuado y cuál será la evolución y las posibilidades de curación", subrayó la médica Cugliari.

Dentro de los Linfomas No Hodgkin se hallan los indolentes y agresivos o subtipo B y subtipo T, según el tipo de célula que lo origina. Los subtipos T son menos frecuentes pero, más agresivos. En los países occidentales, los linfomas T más frecuentes son los "T periféricos" (Ptcl) entre el 12 y el 15% del total de los Linfomas No Hodgkin.

Dependiendo del subtipo, los síntomas del Ptcl, pueden manifestarse en muchas áreas del cuerpo, la piel, los ganglios linfáticos, el hígado, el bazo y la médula ósea. Los pacientes tienden a ser diagnosticados con enfermedad avanzada y experimentar síntomas como fiebre, pérdida de peso, erupción cutánea y sudores nocturnos .

"Es importante saber que hay linfomas que son potencialmente curables con tratamiento. Además, está demostrado que cualquier linfoma tiene mejor evolución cuanto más precozmente se diagnostique y se lleve a cabo el tratamiento, salvo excepciones. Las opciones terapéuticas incluyen quimioterapia tradicional, radioterapia, terapias dirigidas, inmunoterapias, trasplante de médula ósea y una combinación. El más adecuado dependerá de múltiples factores.