Una mujer policía denunció a su pareja, también efectivo de la fuerza policial, por violencia de género y por un hecho de robo que, según sus dichos, sufrió en su ausencia.
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Una mujer policía denunció a su pareja, también efectivo de la fuerza policial, por violencia de género y por un hecho de robo que, según sus dichos, sufrió en su ausencia.
Según las fuentes policiales que fueron consultadas por nuestro diario, la mujer había denunciado que su pareja la increpó por unos mensajes de WhatsApp y en la discusión le arrojó una jarra con agua, que le impactó en el rostro, provocándole algunas lesiones.
La mujer policía le pidió a su pareja que se retire de su domicilio o de lo contrario iba a dar inmediato aviso a la seccional de su barrio, ubicada en las inmediaciones de las 14 Hectáreas del barrio Alto Comedero.
Ante esta negativa y las continuas amenazas del efectivo policial hacia su pareja, los efectivos de la Seccional 56º del barrio Atsa acudieron al pedido de emergencia, pero para ese momento el supuesto agresor ya se había dado a la fuga.
Días después, la mujer denunciante llamó a su suegra para que cuide de sus pequeños hijos, porque debía volver a su puesto de trabajo, realizando guardia continua de 24 horas y cuando llegó a su domicilio se dio con la novedad que le faltaba su computadora de escritorio y una impresora, por lo que volvió a denunciar a su pareja, esta vez por el supuesto robo.
Los efectivos de la Seccional 56º remitieron las denuncias al Centro de Violencia de Género Nº 1 del barrio Alto Comedero para que den trámite a las denuncias de la efectivo, como así también al Departamento que revisan causas en contra de efectivos policiales, para iniciar trámite de sumarios administrativos e internos.
El Juzgado de Violencia de Género inició el trámite para que de momento se ordenen medidas de restricción de acercamiento para el efectivo policial denunciado, hasta que se avance con la investigación por parte de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia de Género del Ministerio Público de la Acusación.
Por otra parte, nuestro diario supo que se solicitaron estudios socioambientales y los profesionales se entrevistaron con los vecinos de la pareja de efectivos, para establecer si hay antecedentes de situaciones de violencia de género.
La mujer policía de 29 años, además, dejó constancia que requiere del cuidado de sus dos pequeños hijos durante su ausencia, cuando presta servicios de primera necesidad en sede policial y teme que cuando regrese, sigan los faltantes de sus objetos en su domicilio.