¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

17°
20 de Abril,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

Ni paranoicos, ni relajados: encontrarle un "punto medio" a la pandemia

Sabado, 18 de julio de 2020 01:02

La pandemia llegó para improvisar nuevas formas de vivir en los ciudadanos de todo el mundo que se deben acostumbrar a lidiar con lo que conlleva este suceso y ante eso es muy necesario encontrar un equilibrio, un punto medio, para no volverse locos ni tampoco subestimar la situación.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

La pandemia llegó para improvisar nuevas formas de vivir en los ciudadanos de todo el mundo que se deben acostumbrar a lidiar con lo que conlleva este suceso y ante eso es muy necesario encontrar un equilibrio, un punto medio, para no volverse locos ni tampoco subestimar la situación.

En todo este tiempo hemos visto a personas que interpretan esta realidad de varias maneras caracterizándose en muchas ocasiones por dos extremos bien marcados que se pelean entre sí: los paranoicos y los relajados, me parece que ninguno de los dos es bueno. A través de un análisis de lo que se ve en los comentarios de los usuarios de El Tribuno de Jujuy ante noticias relacionadas al coronavirus se pueden visibilizar estos dos tipos de reacciones.

Están los obsesivos, que se volvieron en fanáticos de la cuarentena a tal punto que ven como enemigo a todo aquel que incumple la mínima norma llevando al extremo esta situación y publicando escraches en redes sociales. En casos como esos se observa un grave faltante de empatía hacia quienes no tienen las mismas oportunidades y deben salir a trabajar porque no les queda otra.

Mucha de esta gente juzga sin saber la realidad del otro, son fanáticos de la cuarentena porque quizás ellos si no trabajan tienen garantizado su sueldo, pero se olvidan que no todos están inmersos en la misma realidad. Hasta les produce bronca ver a una abuelita de 80 años que sale a comprar porque no tiene familiares y vive sola, y camina por el margen izquierdo de la calle; se indignan cuando una madre soltera debe salir con sus tres hijos pequeños y repudian al ver a personas que salen a cobrar sus sueldos a los bancos. Hasta caen en la estigmatización de esta población en sus comentarios, se olvidan de ayudar, ponerse en el lugar del otro y solo emanan odio al ver situaciones como esas desde la comodidad de su hogar, en algunos casos.

El otro extremo, también malo o peor que este, es aquel en donde están los denominados anticuarentena que piensan que el virus no existe, que es una mentira de los gobiernos mundiales. Esta gente protesta por salir y volver a la vida de antes, no usan barbijo y en todo eso se contagian, y por ende contagian a los demás. No les importa nada, y mucho menos los que se encuentran en situación de vulnerabilidad pasándola muy mal en este contexto. Suelen usar la burla para manifestarse en las redes sociales, riéndose de quienes sí se preocupan por la situación actual.

Me parece que ambos extremos son crueles, se manifiestan con odio y sin empatía. Lo ideal es encontrar el punto medio, como decía Aristóteles: "En el punto medio está la virtud, la virtud es una disposición voluntaria adquirida, que consiste en un término medio entre dos extremos malos, el uno por exceso y el otro por defecto. El medio es lo que no peca, ni por exceso, ni defecto".

Por eso es importante no subestimar esta enfermedad, cuidarnos, cuidar a los demás como corresponde, con las medidas de bioseguridad. Lamentablemente es difícil llegar a ese punto porque se instaló miedo en la sociedad y también teorías conspirativas que confunden. Lo cierto es que por primera vez en la historia de todas las personas que habitan en el mundo existe un suceso de esta naturaleza y con semejante envergadura. Suceso que además de exponer las falencias del sistema de salud nos hizo saber que la ciencia y tecnología no son perfectas porque aún no existe una vacuna.

Es verdad que todo esto nos tomó por sorpresa pero es hora de acostumbrarnos y una buena forma de hacerlo es encontrando ese equilibrio sin faltarle el respecto al virus, haciendo foco en los más vulnerables y viejitos, sin tenerle un miedo excesivo pero también sin relajarse y tomando conciencia del momento.

Acostumbrarnos también implica saber que la situación nos exige incorporar o reforzar valores como la solidaridad y empatía, y hábitos como el lavado de manos, por ejemplo. Y en especial, saber que no todos poseemos las mismas armas para enfrentar a la pandemia, ya que para algunos es mucho más cruel porque están más preocupados por llevarles un plato de comida a sus hijos, que para otros que deben preocuparse solo por no contagiarse.

Por último, es necesario destacar que se debe pedir ayuda ante momentos de pánico, violencia u otros problemas de salud en este contexto de encierro. Para eso se pueden comunicar con el Círculo de Trabajadores Sociales (3885305758) para pedir asesoramiento y los derivarán a los organismos pertinentes.