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"Las personas están en un estado de provocación rebelde fruto del cansancio"

Psicólogo clínico y capacitador en Psicología Organizacional. Fue profesor titular en Teoría y Técnica de Grupos de la Ucse y de Psicopatología de la niñez y adolescencia; entre otras funciones. Hizo un análisis del comportamiento de los jujeños durante el pico de la pandemia por coronavirus. Indicó que como sociedad estamos inmersos en un escenario de irresponsabilidad pese a los riesgos.
Martes, 21 de julio de 2020 01:04

Pese al incremento exponencial de casos de coronavirus en la provincia y del número de muertos, la gente no cumple con el aislamiento, se nota cierto relajamiento en las calles y son muchos los que participan de reuniones con familiares y amigos pese a las prohibiciones. En este marco ¿Los jujeños le perdimos el miedo al virus?

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Pese al incremento exponencial de casos de coronavirus en la provincia y del número de muertos, la gente no cumple con el aislamiento, se nota cierto relajamiento en las calles y son muchos los que participan de reuniones con familiares y amigos pese a las prohibiciones. En este marco ¿Los jujeños le perdimos el miedo al virus?

Estamos inmersos en un completo escenario de irresponsabilidad en el que la gente está en un estado de especie de rebeldía infantil. Esto se ve en los amontonamientos en las calles, las malas miradas y la agresividad con la que nos encontramos. Creo que estamos en uno de los puntos más peligrosos porque tenemos un escenario de alto contagio local y la gente en un estado de irresponsabilidad, cansancio y provocación rebelde fruto del cansancio, la desorientación y de ciertos vacíos de liderazgo.

No podemos seguir insistiendo con medidas autoritarias que lo que van a provocar es rebeldía. Es como cuando se le dice a un chico que va a salir a una fiesta que vuelva a las 00 y termina volviendo a las 3.

Yo he sido muy crítico de las primeras campañas realizadas en base al miedo. Los psicólogos en general alertamos que cuando se trabaja con educación basada en el miedo lo que se genera es parálisis o rebeldía. Lo que nos hubiese gustado es trabajar en los niveles de responsabilidad y educación.

Se ve en la sociedad que hay dos extremos, personas en estado de rebeldía y otras muy paranoicas debido al miedo extremo...

En ambos casos se trata de miedo. El miedo paraliza y hace tomar las peores de las decisiones.

Por ejemplo son muy interesantes las escenas que hay en los supermercados. Cuando las personas se cruzan con otras en los pasillos las miradas son de odio y de temor.

El otro día vi en pleno centro a un anciano que nadie lo ayudaba a cruzar la calle. Hasta qué punto hemos perdido la noción de la solidaridad, el miedo nos hace perder la realidad. Por eso la infantilización que estamos viviendo, esta rebeldía y paranoia o exacerbación de la fobia tiene que ver con una cuestión absolutamente peligrosa para el momento en el cual deberíamos estar más serios.

Sin ir más lejos por el miedo, la gente está dejando de consultar por infartos o preinfartos de miocardio porque tienen terror de ir al hospital porque los hospitales han sido virtualmente cerrados para todo lo que no sea coronavirus.

Eso significa que vamos a tener un aumento de la incidencia en la tasa de decesos por infarto de miocardio que podrían ser perfectamente prevenidos.

¿Desde el punto de vista psicológico, cuáles serían las consecuencias que podríamos tener como sociedad si seguimos manteniendo estas actitudes de rebeldía y de exacerba ción de la fobia?

Las consecuencias ya están a la vista. Vamos a tener niveles de circulación del virus inmanejable como Chaco y Amba (Área Metropolitana de Buenos Aires). Vamos a tener el sistema hospitalario colapsado en un escenario complejo y con falta de recursos.

Los psicólogos decimos que cuando no se puede enfrentar un peligro, el miedo genera algo muy patológico que es una violencia contra mí mismo. Y estamos en un estado de violencia contra nosotros al no poder protestar por el encierro ante esta situación absolutamente anómala que salir a la calle me hace sentir un delincuente.

¿Qué significa estar en un estado de violencia contra nosotros mismos?

El aspecto psicológico es que cuando yo no puedo manejar la agresión y no puedo protestar ni simbolizar la agresividad la torno violencia contra mí mismo expresando el estado de rebeldía y paranoia y de fobia social.

Nos agredimos entre vecinos, nos agredimos no respetándonos, nos volvemos violentos contra nosotros y sobre todo una de las formas de esta violencia social tremenda es la pérdida de la solidaridad con el otro y la pérdida del respeto al otro.

¿Cuáles son las principales consultas derivadas del aislamiento social preventivo y obligatorio?

Los síntomas psicológicos de la pandemia en todo el país pero particularmente en Jujuy han tenido que ver con el aumento de la violencia de género, la tasa de denuncias aumentó casi el 40%. También están las crisis de pánico con angustia lo cual es un muy mal indicador, y todo lo que tiene que ver con la irritabilidad y los trastornos de sueño de los niños menores de 6 años de edad que los padres expresan que es una situación inmanejable e incontrolable.

Hay un escenario pseudo depresivo con muchos ataques de pánico y hay otro escenario de irritabilidad de absoluta sensibilidad con todos los sentimientos a flor de piel a punto de explotar ante cualquier situación. Hay que trabajar en recuperar la paz.

Es muy difícil cuando toda la provincia está en una situación de rebeldía y de protesta infantil que no puede ser simbolizada.

¿Cuáles son las consultas más frecuentes realizadas sobre los adolescentes?

Los adolescentes han tenido sueños y pesadillas del fin del mundo como la forma de expresar el encierro y la pérdida de lo social, ese ha sido su tema.

Entre los 16 y los 19 años de edad casi todos los adolescentes han referido pesadillas y sueños de angustia relacionados al fin de mundo. Es la concreción de la realidad del mundo de los zombis, de los seres extraterrestres que invaden.

El adolescente ha sido muy permeable a los discursos, hasta hace tres meses se hablaba del fin del mundo y la decodificación de eso ha tenido que ver con formaciones oníricas muy terroríficas.

No hay que olvidar que la adolescencia es una etapa social, de contacto, de noviazgo y de relación con el otro y de decisión del futuro. Es una etapa absolutamente vinculada en la relación con el otro y al adolescente se le sacó el otro.

Entonces llegaron a un estado de aislamiento vinculado a la computadora, a su celular y a una realidad virtual que ha tenido que ver con negación y salida de este proceso que los dejó en uno de los estados más complejos de aislamiento.