Miguel Russo, entrenador de Boca Juniors, observa con preocupación el prolongado parate del fútbol en la Argentina ante los poco más de 50 días que faltan para que se reanude la Copa Libertadores, y el 17 de septiembre el "xeneize" visite a Libertad en Paraguay por el grupo H.
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Miguel Russo, entrenador de Boca Juniors, observa con preocupación el prolongado parate del fútbol en la Argentina ante los poco más de 50 días que faltan para que se reanude la Copa Libertadores, y el 17 de septiembre el "xeneize" visite a Libertad en Paraguay por el grupo H.
Lejana en el recuerdo, a pesar de que apenas pasaron cuatro meses, aquella noche del 7 de marzo que su equipo se consagró campeón de la Superliga, Russo sabe que el conjunto paraguayo, dirigido por Ramón Díaz, ya tiene rodaje y el martes volvió a competir, cuando perdió 2-1 contra Cerro Porteño por la liga local. El DT boquense, dicen desde su círculo íntimo, sabe que por el aislamiento y la cuarentena derivada de la pandemia de Covid-19 todo es día a día. Russo piensa en cómo mover las piezas para armar un Boca que se parezca mucho en nombres al que salió campeón este año, pero que a la vez tenga los refuerzos necesarios para poder lograr el gran objetivo, que es ganar la Copa Libertadores. En Rosario, su lugar en el mundo en este aislamiento, junto con su familia, el entrenador disfruta de algunas de las libertades que da la fase 5.