Desde el comienzo de la cuarentena, uno de los principales afectados fueron los comerciantes que debieron cerrar sus puertas, obligatoriamente para respetar las medidas sanitarias. Los feriantes de la denominada "Saladita" del barrio Santa Rosa de la ciudad periqueña no aguantan más. "La mayoría alquilamos y la preocupación es no tener para pagar", aseguraron los comerciantes y además dijeron que "los dueños no te perdonan el alquiler ni el Gobierno los impuestos". Sucede que gran parte de los comerciantes que tienen su local de ventas de ropas y otras mercaderías, no son propietarios del lugar donde trabajan.
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Desde el comienzo de la cuarentena, uno de los principales afectados fueron los comerciantes que debieron cerrar sus puertas, obligatoriamente para respetar las medidas sanitarias. Los feriantes de la denominada "Saladita" del barrio Santa Rosa de la ciudad periqueña no aguantan más. "La mayoría alquilamos y la preocupación es no tener para pagar", aseguraron los comerciantes y además dijeron que "los dueños no te perdonan el alquiler ni el Gobierno los impuestos". Sucede que gran parte de los comerciantes que tienen su local de ventas de ropas y otras mercaderías, no son propietarios del lugar donde trabajan.
Por eso, el feriante Claudio Delgado dijo que "nuestro gran problema es ahora cómo pagar el alquiler del local, porque ya venimos de una primera parte en cuarentena, no trabajamos; en la segunda parte arrancamos, pero enseguida hubo que cerrar, esta que es la tercera ya no damos más. Los alquileres los tenemos encima, los dueños no nos perdonan y el Gobierno nacional dijo que no nos iban a cobrar los impuestos pero ahora te llegan los avisos de pago de impuestos y nosotros no estamos generando plata porque somos independientes".
La situación planteada por los preocupados feriantes es que no pueden cerrar sus puertas quince días más. Manifestaron que son independientes y puede que tengan un margen de ganancias, pero todo se ha agotado. Ahora de ninguna manera su situación es comparable con aquellos que tienen un trabajo fijo, debido a que a ellos a fin de mes sí o sí les llega su sueldo, en cambio, el independiente no solo depende de sus ganancias, cuando hay demanda y clientes que compran, explicaron. Otra comerciante, Laura Salas, dijo que "el Gobierno nacional, dijo que no nos van a cortar el agua, la luz y demás impuestos, pero va a llegar un momento en que vamos a tener que pagar, mientras tanto las cuentas se siguen amontonando.
Entonces qué hacemos, dejaremos el comercio, pero en qué trabajamos, hay una falta total de estudio de nuestra realidad, si cerramos, quién se hace cargo de nosotros, ya varios de nuestros compañeros dejaron su negocio, andan por ahí liquidando sus mercaderías como sea, porque tienen que dar de comer a sus hijos. Lo más grave es que cuando se les acabe la mercadería, no sé si podrán comprar de nuevo, van a quedar en la miseria". La Saladita convirtió al barrio Santa Rosa en un lugar comercial por excelencia, visitado por miles de personas, sus calles y veredas estaban siempre colmadas de compradores.
Hoy es un desierto que espera que pase pronto la pandemia, lo lamentable es que sus comerciantes de a poco abandonaron sus locales por no poder pagar el alquiler. Importantes inmuebles que estaban en construcción pararon sus obras, los almacenes de ventas de comestibles en general tampoco venden, debido a que la mayoría de los vecinos del lugar hace tiempo emigraron, convirtiendo su casa en locales de alquiler. La comerciante Gladis Guanca dijo que "le tengo miedo al virus, pero necesitamos salir a trabajar, ojalá el Gobierno planifique algo, sino es como sentir que el agua te está llegando al cuello".