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Daniel Quevedo, el goleador que supo brillar en Gimnasia

Humilde, de perfil bajo, el atacante nacido en Pozo del Tigre recordó su rica historia deportiva en el fútbol ante El Tribuno de Jujuy.
Sabado, 25 de julio de 2020 01:00

Siempre es un buen momento para refrotar a los ídolos del fútbol jujeño. Y decimos ídolo porque Daniel Oscar Quevedo se ganó ese título a fuerza de garra, actitud, pero principalmente, goles.

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Siempre es un buen momento para refrotar a los ídolos del fútbol jujeño. Y decimos ídolo porque Daniel Oscar Quevedo se ganó ese título a fuerza de garra, actitud, pero principalmente, goles.

En su Pozo del Tigre natal, pueblo ubicado al sudeste de la provincia de Formosa, a 263 km de su capital, "hacía estragos", contó el atacante: "Era chico, 15 años, allá se jugaba mucho los torneos de pueblos, pueblo contra pueblo, un día llegamos a la final del provincial, y nos vamos a jugar a la capital, sabés lo que era jugar con césped, nosotros estábamos acostumbrados a la tierra, tierra dura, y bueno, vamos a jugar, les digo, ya estamos aquí y nos enfrentábamos con otros pueblos que habían clasificado y había dos, tres que estaban jugando en Vélez, eran profesionales ya, hay que jugar, no queda otra, por algo clasificamos, así que arengamos a los pibes que le tenían más miedo de jugar en césped que otra cosa, ganamos, hice cinco goles y me comenzaron a buscar". Allí comenzó su amor por la "redonda", porque después "me querían llevar de todos lados, pero mi mamá no quería, ¿a dónde va a ir? ¿Quién lo lleva? Me cuestionaba".

Pero Daniel Quevedo sabía que eso iba a durar poco, "un día estábamos tomando tereré en una siestas de esas que hace calor, pleno verano, llegan dos personas con traje, se acercan a casa y le dicen a mi madre venimos a buscar al señor Daniel Quevedo, queremos hablar con él, mi mamá me mira y me dice ¿qué hiciste? ¿Hiciste algo? La miro y le digo no mamá, no muevo un dedo, hace 40 grados, me estoy cocinando, después de eso me dicen nosotros lo venimos a llevar a usted a Gimnasia y Esgrima de Jujuy", el goleador armó las valijas, al otro día llegó a Jujuy y sin descanso debutó, "jugábamos con Cuyaya, me dicen usted descanse, viene de un viaje largo, no les digo, qué voy a descansar, vine a jugar y quiero jugar, hice cinco goles, me pusieron policías, custodia en el hotel para que nadie me vaya a ver ni hablar conmigo hasta tanto llegue mi mamá de Formosa, porque como era menor de edad, ella debía firmar y antes se estilaba el robo de jugadores, venía uno, maletín en mano y auto, te cargaba y aparecías en otro club", recordó.

Después llegó Peñarol, "fui Gardel, la gente me amaba, creo por mi juego, se moría la hinchada, en Peñarol era un equipazo, ganamos todo, el Centenario era chico, 80 mil personas todos los partidos", rememoró.

EN MÁLAGA FC, EL "DOCTOR" QUEVEDO, APOYADO EN LA PELOTA ABAJO, COMPARTIÓ EQUIPO CON VOLTAIRE GARCÍA, CAMISETA NÚMERO 8.

En Málaga

Cuando Quevedo fue vendido a Málaga de España, los medios uruguayos lamentaban la partida del delantero porque el “carbonero” desarmaba una de las duplas históricas de Uruguay, ya que se entendían de memoria con Fernando Morena, otro ídolo de Peñarol.
La primera temporada anotó 15 goles.

 

 

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