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Celebración atípica para honrar a la Pachamama

Referentes del pensamiento andino indican que los esencial es agradecer y fortalecer la espiritualidad.
Jueves, 30 de julio de 2020 01:01

Como cada 1 de agosto, los jujeños realizamos la tradicional ceremonia en homenaje a la Madre Tierra, a la Pachamama. Sin embargo este año estará atravesada por la pandemia del coronavirus pero también marcada por la revalorización del cuidado de la naturaleza.

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Como cada 1 de agosto, los jujeños realizamos la tradicional ceremonia en homenaje a la Madre Tierra, a la Pachamama. Sin embargo este año estará atravesada por la pandemia del coronavirus pero también marcada por la revalorización del cuidado de la naturaleza.

El día de la Pachamama es una tradición ancestral que se celebra en todo el noroeste de Argentina cada 1 de agosto, donde los participantes agradecen a la Tierra por su capacidad de producir y bendecir plantas, animales y alimentos.

La pandemia hace que el ritual ancestral tome una impronta distinta a la de años anteriores. En la provincia las autoridades difundieron un protocolo para la celebración, a través del cual recomiendan hacer la ceremonia en el ámbito familiar, no concurrir a otras casas, ni invitar. Solamente que los mayores ofrenden en nombre del grupo familiar, que los demás miembros acompañen con distanciamiento social, barbijo y alcohol en gel, ofrendar con productos naturales que tengan en casa.

MARIO VILCA

Mario Vilca, profesor de Historia y Pensamiento Andino, coincidió con las recomendaciones emitidas por las autoridades e indicó que el cuidado de los humano es muy importante, pero también el cuidado de la tierra.

Dijo que el honrar a la tierra es un acto de memoria, "es recordar que estamos siendo hospedados por la tierra. Este pequeño ritual de honras es también mostrar que vamos a devolver de manera recíproca lo que ella nos dio y se manifiesta de forma simbólica brindando alimentos".

Sobre el significado de dar de comer a la tierra indicó que "es conveniente tener en cuenta que en el mundo andino hay una palabra que es corpachar que es como invitar o dar habitación a alguien. Corpachar la tierra, significa que estamos invitando a la tierra a nuestra mesa y los modos de invitación a la mesa y la comida o las ofrendas varían según las regiones. No hay una receta de la comida que se debe ofrecer. Uno ofrenda lo más rico, lo más sano y lo más joven. No hay que atarse a dogmas o creencias sino solo agradecer".

Vilca consideró que en momentos difíciles como el que estamos viviendo, es importante mantener el equilibrio espiritual "es un punto central de todas las religiones, lo psicosomático, lo anímico se manifiesta si se pierde el equilibrio, luego esa pérdida del equilibrio espiritual repercute en la corporalidad. Lo fundamental es mantener el equilibrio".

"Hoy tenemos que agradecer y a que los acontecimientos actuales nos muestran que es necesario pensar de otra manera, ya no de un modo depredatorio, sino saber que estamos siendo hospedados por nuestra madre tierra", concluyó.

PONCIANO ESPINOSA

Ponciano Espinosa, integrante del Instituto Nacional de Culturas Aborígenes de la provincia de Córdoba, indicó que en estos momentos es importante tomarse un momento para pensarnos y repensarnos a nosotros mismos, dónde estamos y dónde queremos ir.

Sobre la ofrendas a la Pachamama dijo que "la celebración de la madre tierra es compartir y dialogar en lo político, social y organizativamente. Si nos podemos juntar está bien. Lo más importante desde lo espiritual, desde donde uno se encuentra, es el Ayllu, que es un sujeto territorial comunitario, es donde nos criamos y criamos a la vez con todo lo que nos rodea. No tenemos que dejar pasar este ciclo de celebración a nuestra madre tierra porque es parte nuestra. Este año lo vamos a hacer desde las viviendas, no nos podemos juntar físicamente pero sí en lo espiritual. Son ciclos que se van renovando en un pensamiento circular".

Referido a las ofrendas dijo "ninguna celebración es igual a la otra, cada comunidad tiene su particularidad, se ofrenda aquello que uno siembra. Cada celebración es diversa. La madre tierra no nos estructura, no nos estandariza".