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Por primera vez en 80 años no se abrirá el mojón en La Manga

"Debemos cuidarnos y cumplir lo que establecen las autoridades", dijeron los padrinos Martina y Desiderio Gaspar.
Sabado, 01 de agosto de 2020 01:04

Y agosto despierta en el calendario del tiempo y encuentra a la humanidad entera sumida en una situación de pandemia. Por primera vez en 80 años, en la Pachamama de lote La Manga, ubicada en el Triángulo El Chaguaral, la tierra no abrirá su vientre para recibir la ofrenda de sus hijos. Por decisión de los padrinos de la Pachamama comunitaria, Martina Valencia y Desiderio Gaspar, este año no se abrirá el mojón, todo pasará para el 2021. Por lo tanto, esta Pachamama que convoca a una multitud de personas que al llegar agosto cumplen con el ancestral ritual, hoy permanecerá en el más absoluto silencio.

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Y agosto despierta en el calendario del tiempo y encuentra a la humanidad entera sumida en una situación de pandemia. Por primera vez en 80 años, en la Pachamama de lote La Manga, ubicada en el Triángulo El Chaguaral, la tierra no abrirá su vientre para recibir la ofrenda de sus hijos. Por decisión de los padrinos de la Pachamama comunitaria, Martina Valencia y Desiderio Gaspar, este año no se abrirá el mojón, todo pasará para el 2021. Por lo tanto, esta Pachamama que convoca a una multitud de personas que al llegar agosto cumplen con el ancestral ritual, hoy permanecerá en el más absoluto silencio.

Es posible que, desde el interior de la tierra, renazca ese grito silencioso que clama atención, piedad, que exhorta al cambio de actitud como habitantes y administradores de los bienes dados. Es posible que seamos capaces aún de entender estos signos de la naturaleza que nos llaman a cuidarla, a respetarla, a entenderla, a amarla. Es posible que haya tiempo para hacernos responsables de este maravilloso don dado por el Creador y nos convirtamos en custodios de este cuantioso tesoro que es la Madre Tierra. Es posible dejar a los niños un mundo mejor y enmendar el daño causado. Aún es posible, si nos lo proponemos.

"Acatando las normas establecidas por nuestras autoridades y por esta cuarentena estricta, este 1 de agosto no se abrirá el mojón, le pedimos a la gente que respete, ya veremos lo que pasa después del 2 de agosto, y vamos a ir los padrinos y pasantes únicamente, a sahumar y hacer la ofrenda sin abrir el mojón. Durante todo el mes y si está permitido, pasantes de los años anteriores y devotos podrán llegar a hacer su ofrenda, pero les pedimos que lo hagan de manera solitaria, evitando aglomeraciones. Todos debemos cuidarnos y cumplir con lo que establecen las autoridades", dijeron los padrinos Martina y Desiderio.

Este año, y por estas paradojas de la vida y de la naturaleza que nos sorprende cada día, las ceremonias de la Madre Tierra Pachamama se vivirán en el seno de cada hogar, como si la tierra quisiera tener esta conversación silenciosa que nos lleva a reflexionar sobre el daño que le estamos causando al planeta, el único hogar posible para la humanidad. Este año, extrañaremos las bombas anunciando el preludio del 1 de agosto. No se exhibirán las grandes fiestas en pintorescos mojones. Desde el silencio, en la intimidad de las familias, y seguramente con el aroma a incienso desplegado como una sentida plegaria, cada quien cumplirá amorosamente con este ritual.

Lo mismo sucederá en la Pachamama de La Manga que, a lo largo de 80 años, concitó el sentimiento de veneración a la Madre Tierra, de manera ininterrumpida y cada vez con mayor cantidad de devotos, llegando a convertirse en una manifestación multitudinaria. Este año, todo será diferente, el inmenso mojón que representa el generoso vientre de la Madre dadora de vida no será abierto para la ofrenda comunitaria.

El tradicional ritual que se había imaginado y ansiado en el corazón de los padrinos de la Pachamama y los pasantes del este año, se resumirá en una austera challa, bendición y ornamentación del mojón que permanecerá en silencio, aguardando el encuentro en el 2021.

Vale recordar que fue en 1940 cuando don Modesto Gaspar junto a su familia comenzó con este rito que, con el paso de los años, se ha transformado en patrimonio comunitario.