Un nuevo decomiso de hojas de coca en estado natural en la ciudad fronteriza de La Quiaca pone al descubierto el incesante tráfico de esa mercadería aun cuando los autores pierden cifras de dinero realmente muy importantes.
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Un nuevo decomiso de hojas de coca en estado natural en la ciudad fronteriza de La Quiaca pone al descubierto el incesante tráfico de esa mercadería aun cuando los autores pierden cifras de dinero realmente muy importantes.
El precio del milenario vegetal hace que cada día se intente contrabandear hojas de coca desde el vecino país de Bolivia.
Atraídos por el precio del mercado local los intentos de pasar paquetes conteniendo hojas de coca no cesan pese a los controles que se han implementado en los últimos tiempos.
El pasado viernes una comisión perteneciente a la Brigada de Narcotráfico con asiento en esa localidad sorprendió a dos hombres y a una mujer cuando descargaban unos bultos desde el interior de un automóvil.
El hecho se registró alrededor de las 13 en la intersección de la avenida Urquiza y la calle Carlos Gardel y al llegar los uniformados al lugar pudieron observar tres bolsas de arpillera plástica de color celeste negándose a revelar el contenido de la misma y no pudiendo justificar su presencia en el lugar.
Se dio participación al juez federal de Garantías Esteban Hansen quien puso en conocimiento de la situación a la secretaria de la Unidad Fiscal Federal quien ordenó se abran las bolsas.
En presencia de testigos fueron incautados 161 paquetes de cuarto kilo envuelto en paquetes de naylon color verde y cinta de embalar marrón conteniendo hojas de coca en estado natural.
Carolina Zerdán de Fiscalía Federal Nº 1 ordenó que la mercadería se entregue a la Agencia La Quiaca de Aduana Nacional, que el rodado quede en calidad de secuestro hasta que termine la pandemia y que los inculpados sean puestos a disposición de la Justicia por infracción a la Ley 22.415 del Código Aduanero.