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Una singular festividad patronal en San Pedro

En esperanzador mensaje, el padre Héctor Martínez pidió mantenerse firme en la fe, ser solidarios y compartir el pan con el necesitado.
Lunes, 10 de agosto de 2020 01:03

“En familia, desde nuestros hogares, celebremos la fiesta de San Cayetano. Y este año, la peregrinación hacia este lugar no es con los pies sino con el corazón. En medio del aislamiento donde sufrimos todos por la falta de los afectos y los encuentros, donde vemos a tantas familias pobres que perdieron el trabajo, tantas personas sin el sustento, vemos a los padres que se preocupan porque no pueden llevar el pan de cada día. Hoy, nos sentimos identificados con el salmista, este levita que está en el exilio, que perdió todo y exclama que sus lágrimas son su pan noche y día.

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“En familia, desde nuestros hogares, celebremos la fiesta de San Cayetano. Y este año, la peregrinación hacia este lugar no es con los pies sino con el corazón. En medio del aislamiento donde sufrimos todos por la falta de los afectos y los encuentros, donde vemos a tantas familias pobres que perdieron el trabajo, tantas personas sin el sustento, vemos a los padres que se preocupan porque no pueden llevar el pan de cada día. Hoy, nos sentimos identificados con el salmista, este levita que está en el exilio, que perdió todo y exclama que sus lágrimas son su pan noche y día.

Ante esta situación, nos podemos preguntar, ¿la fe es importante para nosotros en estos tiempos? Esta mañana, mientras recorríamos las calles con la imagen de San Cayetano, pude ver que la fe mueve montañas, que es vital para nuestro pueblo, las familias que desde atrás de las ventanas, de las puertas, de las rejas, expresaban su cariño, su fe a Dios. Tantos rostros que no puedo olvidar, que manifestaban acción de gracia. Rostros de impotencia, de consuelo, de angustias, rostros llenos de vida, familias que están en asilamiento, nos demostraron cuán importante es la fe”. Fueron los conceptos pronunciados por el padre Héctor Martínez durante la misa central que en honor a San Cayetano celebró en la capilla a puertas cerradas y que se transmitió a través de las redes sociales. Un silencio infinito inundó todo el sector que, durante años, convocó a una multitud de devotos, los que, debido a esta situación de pandemia, debieron permanecer en sus hogares.

Nunca una homilía tan cabal, tan identificada con la realidad que vivimos, fue la expresada por el párroco, al referirse a las experiencias que cada uno vive de modo particular, ante esta pandemia, donde todos nos preguntamos por qué Dios permite tanta muerte, tanto sufrimiento. Y el padre, desde lo profundo de su corazón pudo llegar a la feligresía para renovar la fe, esa fe que, según su relato, pudo descubrir en los miles de devotos que aguardaron el paso de la imagen del patrono del pan y del trabajo. Apuntó que otra experiencia fuerte fue la de una profesional que trabaja en Terapia Intensiva, afectada por Covid-19, “ella me expresaba - en los momentos extremos todos nos acordamos de Dios-, es importante la fe en las situaciones límites, qué importante es Dios para con nosotros y San Cayetano nos da el mensaje, el sentido del pan, el sentido de la vida.

El año pasado había aquí una multitud, el pueblo de Dios reunido para expresar su fe y el pan no podía faltar, tampoco la bendición del pan, ese pan que se repartía a todos. Y me preguntaban en estos días, qué íbamos a hacer con el pan. Y pese a esta situación, se podía ver el gesto solidario, el deseo de compartir el pan que se parte y se comparte. Con creatividad, desde muy temprano la gente se acercó con el pan, lo bendije y le pregunté qué iba a hacer y me dijeron que lo llevarían a los comedores”, prosiguió el sacerdote. Sostuvo que “descubrimos en Dios que la vida es importante. En la expresión tan sencilla pero llena de valores, Jesús tomó el pan, lo bendijo y lo dio a sus discípulos para que lo repartan.

Es un tiempo en el que necesitamos tener fe, porque nos da fortaleza, sana las heridas, nos consuela y nos ayuda desde Jesucristo, a tener esa capacidad de recrearnos y para ser solidarios, no es tiempo de buscar mi propio interés, todos tenemos que buscar el bien común. Jesús pensó en los demás y que este espíritu de San Cayetano no decaiga, que hoy en familia se fortalezca y podamos renovar nuestra fe en el Dios de la vida, que se hace presente en pan, es el Dios fuente de consuelo, de paz, de vida y de plenitud. En este tiempo de dificultades, todos los sampedreños te ofrecemos Señor nuestras plegarias”, finalizó su prédica.

Por barrios sampedreños

RENOVANDO VOTOS DE FE / UNA MAMÁ Y SU PEQUEÑO RECIBIERON LA OFRENDA DEL PAN.

Cabe acotar que en horas de la mañana la imagen del patrono del pan y del trabajo fue llevada por los distintos barrios, y la gente salió de sus casas con el pan en las manos para recibir la bendición del sacerdote, y en horas de la tarde, se realizó la adoración del Santísimo y el rezo del rosario, finalizando con la misa.