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Acuerdo para producir la vacuna de Oxford

Estará lista para ser utilizada en el primer semestre del 2021, con dosis que costarán entre 3 y 4 dólares.

Jueves, 13 de agosto de 2020 01:00

El presidente Alberto Fernández anunció ayer que la "producción Latinoamericana" de la vacuna contra el coronavirus que se desarrolló en la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, "va a estar a cargo de Argentina y de México", y estará lista para "el primer semestre de 2021".

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El presidente Alberto Fernández anunció ayer que la "producción Latinoamericana" de la vacuna contra el coronavirus que se desarrolló en la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, "va a estar a cargo de Argentina y de México", y estará lista para "el primer semestre de 2021".

Fernández: "El objetivo es fabricar entre 200 y 350 millones de dosis para distribuir en América latina, con excepción de Brasil"

"El laboratorio AstraZeneca ha firmado un acuerdo con la Fundación Slim para producir entre 150 y 250 millones de vacunas destinadas a toda Latinoamérica, con excepción de Brasil. Que van a estar disponibles para el primer semestre del año 2021", resaltó el mandatario.

Durante una conferencia de prensa que brindó en la Residencia de Olivos junto al ministro de Salud, Ginés González García, Fernández precisó que el acuerdo con el laboratorio AstraZeneca permitirá el país acceder a la vacuna contra el Covid-19 "entre seis y doce meses antes".

Además, aclaró que la vacuna "se encuentra en la fase 3 de desarrollo", y detalló que "se irán distribuyendo equitativamente entres los países que así lo demanden".

En tanto, el Presidente aseguró que la vacuna que se producirá en la Argentina costará entre "3 y 4 dólares", y eso permitirá "a todos los países poder acceder a ella".

"Es un proyecto sin fines de lucro, hay que celebrar la decisión de la empresa y de la Universidad de Oxford, que están garantizando una vacuna sin ganancias y sin beneficios económicos por esa vacuna. Eso lo celebramos", enfatizó Fernández, tras reunirse con representantes del laboratorio.

En ese marco, el jefe de Estado volvió a pedir "responsabilidad social" a la población, y advirtió que el anuncio de la vacuna "en el presente no cambia".

"Por favor, entiendan el riesgo que estamos corriendo y el riesgo es igual en la Ciudad de Buenos Aires y en el Gran Buenos Aires, la Provincia tiene más casos porque son más habitantes", subrayó.

Para Fernández, la vacuna de Covid-19 que se fabricará en el país "pone a la Argentina en un lugar de tranquilidad" por el tiempo para obtenerla y la cantidad.

"Vuelvo a llamar la atención de todos y vuelvo a pedirles que por favor entiendan el riesgo que estamos corriendo. El riesgo es igual en la Ciudad y el Gran Buenos Aires. Los convoco una vez más a la prudencia de cuidarse", expresó Fernández, a días de un nuevo anuncio de extensión de la cuarentena. .

Advirtió que "la historia dirá la responsabilidad que le cupió a cada uno", ante las convocatoria que realizó un sector de la oposición para manifestarse contra la cuarentena, y afirmó que "no está en discusión la libertad, está en discusión la salud".

"Creo que están equivocados, no están midiendo las cosas adecuadamente. Después que cada uno cargue con la responsabilidad que le quepa de convocar a este tipo de cosas. La historia dirá la responsabilidad que le cupió a cada uno, nosotros tenemos la tranquilidad de que siempre pensamos en la salud de la gente", remarcó.

Por su parte, el ministro de Salud afirmó que la vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford y el laboratorio AstraZeneca "tiene la delantera" en el mundo, y dijo que "tener la capacidad de producción es un orgullo".

No obstante, González García aclaró que "no es ni la única negociación ni quizás sea la única alternativa"

“Robusta” respuesta de otras vacunas

Una de las candidatas a vacuna contra el coronavirus desarrollada por Pfizer y BioNTech, diferente a la que se comenzó a probar en la Argentina esta semana, demostró generar una “robusta” respuesta inmunológica en un ensayo clínico preliminar realizado con 45 adultos, según publicó ayer la revista Nature.

Se trata de la vacuna BNT162b1, que utiliza un ARN mensajero, esto es, una parte del virus (proteína) para generar la respuesta inmunitaria del organismo.

Según los datos provisionales del estudio clínico en fase 1/2, realizado para evaluar la seguridad, tolerabilidad e inmunogenicidad de la vacuna, la BNT162b1, que se administra por vía intramuscular, se testó en 45 adultos sanos de 18 a 55 años de edad (23 hombres y 22 mujeres no embarazadas; 37 participantes eran de raza blanca).

Los candidatos -asignados al azar- recibieron una dosis de 10 microgramos (Ág), 30 Ág, 100 Ág o un placebo; además, los participantes de los grupos 10Ág y 30Ág también recibieron una segunda dosis el día 21.

Los autores constataron que la vacuna era bien tolerada, aunque algunos participantes experimentaron en los siete días siguientes a la vacunación efectos secundarios de leves a moderados, que aumentaron con el nivel de la dosis.

Las reacciones adversas más frecuentes fueron dolor local en el lugar de la inyección, fatiga, dolor de cabeza y muscular, escalofríos, fiebre y trastornos del sueño.

No obstante, la vacuna provocó una respuesta inmunológica robusta en los participantes, que aumentó con el nivel de la dosis y con una segunda dosis.

Los anticuerpos contra el Sars- CoV-2 permanecían 21 días después de la primera vacunación en todos los niveles de dosis, y se registró un aumento sustancial de los anticuerpos neutralizantes contra el virus siete días después de que se administrara la segunda dosis de 10-Ág o 30-Ág.

La respuesta inmunológica fue mucho más fuerte en el grupo 30- Ág que en el grupo 10-Ág, según se indicó en la publicación de la revista.

Sin embargo, no hubo diferencias notables en la respuesta inmunológica entre los grupos de 30-Ág y 100-Ág tras la primera dosis, y como los participantes que recibieron la dosis de 100-Ág también experimentaron mayores efectos secundarios, no recibieron una segunda inoculación.

Los niveles de anticuerpos neutralizantes de quienes participaron fueron de 1,9 a 4,6 veces más altos que los de los pacientes que se recuperaban de la infección por el Sars-CoV-2.