En un marco de pandemia, con una dura realidad para todos, llegó la tradicional y popular fiesta en honor a San Roque en Pampa Blanca, que todos los años suele convocar a miles de personas, pero en esta oportunidad la gente mostró su afecto desde sus casas.
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En un marco de pandemia, con una dura realidad para todos, llegó la tradicional y popular fiesta en honor a San Roque en Pampa Blanca, que todos los años suele convocar a miles de personas, pero en esta oportunidad la gente mostró su afecto desde sus casas.
La jornada soleada de ayer inició con el rezo del rosario de la aurora en el templo parroquial y salva de bombas, luego hubo un reducido acto protocolar en la plaza Cazadores de los Andes, con la presencia del intendente Bruno Monzón, los concejales Nicolás Martínez (UCR), Karina Flores (PJ) y Atilio León (CR), junto a funcionarios municipales y personal policial de la seccional 45º.
Luego fue el momento de la procesión, sin dudas el momento más significativo, porque fue por prácticamente todos los barrios de Pampa Blanca, desde los nuevos hasta los más históricos. En ese recorrido se pudo apreciar la fe que está muy intacta en los fieles, en los vecinos, que entre lágrimas, cantos y alabanzas, levantaban firmemente un pañuelo blanco, demostrando ese sentir hacia su santo patrono.
La emocionante procesión tuvo a la policía como escolta, también a la prensa y a las autoridades municipales; mientras que la sagrada imagen fue trasladada por la camioneta del párroco de Pampa Blanca Ricardo Rivero acompañada de rezos y cantos que llevaban el mensaje evangelizador a la comunidad.
Esta fiesta 2020 se realiza en el marco del Año Mariano Jubilar, indudablemente un tiempo muy importante para la Iglesia católica, pero se dio en un difícil momento y en una ciudad que sufre con el coronavirus, ante los recientes contagios de numerosos trabajadores del Molino Pampa Blanca y la Estancia Río Colorado así como la primera muerte por Covid-19 en la población, que se conoció en la víspera.
En la noche se concretó otra procesión, pero de manera reducida, por las calles principales de Pampa Blanca, donde la gente volvió a mostrar el mejor afecto a su santo patrono San Roque, luego se concretó la eucaristía, que estuvo a cargo de Daniel Fernández, obispo de la Diócesis de Jujuy.
Una fiesta tradicional
La festividad pampeña data del año 1889, según la información proporcionada por el Arzobispado de la provincia de Salta, que da cuenta de que todo se inició en ese año, cuando una familia de la limítrofe provincia hermana llegó hasta Pampa Blanca para donar la imagen de San Roque a la entonces estación de ferrocarril Pampa Blanca.
Desde entonces la fiesta se hizo muy popular, creció año tras año hasta que se construyó la antigua capilla y la identidad religiosa por San Roque quedó bien impregnada en las antiguas y nuevas familias pampeñas, que veneran con mucho fervor a su santo todos los 16 de agosto, sacando a pasear a sus mascotas, vestidas con una manta color marrón y peregrinando, aunque este año eso no se pudo realizar por el contexto pandémico.
Pueblo gaucho
Pampa Blanca es una zona gaucha donde lo tradicional y la actividad del campo constituyen su identidad y forma de vida, por eso un grupo de gauchos a caballo acompañó a la imagen por tramos.