“El acomodamiento de los hechos del pasado a las disputas políticas del presente está lejos de contribuir a una reflexión superadora sobre las obras de los pueblos”, afirmó la historiadora y escritora jujeña Irene Ballatore, al dar una opinión sobre expresiones en torno al Éxodo Jujeño vertidas por el director del Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires, Guillermo Clarke, y promocionadas por la diputada nacional Carolina Moisés.
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“El acomodamiento de los hechos del pasado a las disputas políticas del presente está lejos de contribuir a una reflexión superadora sobre las obras de los pueblos”, afirmó la historiadora y escritora jujeña Irene Ballatore, al dar una opinión sobre expresiones en torno al Éxodo Jujeño vertidas por el director del Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires, Guillermo Clarke, y promocionadas por la diputada nacional Carolina Moisés.
“Comparar a los comerciantes y hacendados que en 1812 se opusieron a cumplir la orden de retirada dispuesta por el General Belgrano con sectores de Jujuy que hoy, según Clarke, anteponen sus fortunas personales y miserias al bien común ante la pandemia de Covid19, es cuando menos una lastimosa descontextualización de los hechos sin consideración por la historia”, explicó. “Hace más de doscientos años, el concepto del bien común, así como la causa de la Independencia, no reconocía unanimidades y podían ser cosas muy distintas para patriotas y realistas. El bien común para los revolucionarios de Mayo era la libertad, la igualdad y la ruptura con el orden colonial, mientras que para los realistas era continuar bajo el régimen monárquico y la fe católica y no por esa disidencia sería correcto decir que eran enemigos del bien común”, agregó la historiadora.
La profesora Ballatore señaló además que contrariamente a lo que se dice en el video de Clarke, la decisión de la retirada del ejército “fue una orden del gobierno de Buenos Aires y no del General Belgrano, quien la tuvo que hacer cumplir, como lo prueba evidencia histórica que desconoce el director del archivo bonaerense”. “Además -destacó- las presiones al general Belgrano para morigerar las disposiciones que perjudicaban a los comerciantes vinieron de los propios interesados pero también de las autoridades porteñas, que con total irresponsabilidad y desparpajo pretendían que el jefe patriota hiciera marcha atrás, en plena retirada, con medidas que el propio gobierno de Buenos Aires le había ordenado cumplir, con lo cual podríamos concluir que las conductas miserables en contra del bien común no se hacían presentes solo entre algunos jujeños”.
“Tampoco tiene base histórica decir que solo los sectores populares marcharon en el Éxodo de 1812, si bien es muy posible que la mayoría de los emigrados fueran personas que no pertenecían a la élite. La lista de jujeños que estaban emigrados en Tucumán y fueron convocados a elegir a su representante ante la Asamblea del año XIII, así como los ‘Decididos’ - cuerpo de caballería formado por jóvenes-, nos guste o no, contiene numerosos nombres de las familias aristocráticas de Jujuy”, agregó. “Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios: dejemos al noble General Belgrano y a los jujeños de 1812 al margen de querellas políticas actuales que muy lejos están de los valores que ellos defendieron con sus actos”, concluyó Ballatore.