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Laberintos Humanos: Lo contrario

Lunes, 24 de agosto de 2020 01:03

Ya no me queda claro si ese Pleuro Díaz es un místico o un misógino, opinó Pierre Donadou Quispe tras escuchar las últimas partes del relato sobre el ermitaño. Pero les puedo asegurar que es todo lo contrario del Joe Díaz, su hermano mayor. A veces se da así, nos dijo. Los menores tratan de andar caminos diferentes.

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Ya no me queda claro si ese Pleuro Díaz es un místico o un misógino, opinó Pierre Donadou Quispe tras escuchar las últimas partes del relato sobre el ermitaño. Pero les puedo asegurar que es todo lo contrario del Joe Díaz, su hermano mayor. A veces se da así, nos dijo. Los menores tratan de andar caminos diferentes.

El Joe era fachero desde el Nivel Inicial, cuando empezó a lucir ese jopo que se le dio por perder ya cerca de los cuarenta. El tipo era simpático por naturaleza, tanto que las maestras se desvivían porque estuviera cómodo, y como era un par de años mayor que el Pleuro, nunca faltaba quien se le diera por compararlos. Uno era extrovertido y el otro ensimismado, uno llamaba a la sonrisa y el otro al desdén, al mayor no le preocupaba quedar bien porque lo hacía y el menor despreciaba toda sociabilidad, así que el comentario general era que ni parecían hermanos, aunque en ningún lugar esté escrito que los hermanos deban ser parecidos.

En la primaria, el Joe anduvo de novio con todas las chicas de su grado, y hasta es lo vio pasear con la Tostina, aquella con la que nadie soñaba y será porque, de tanto tener, despreciaba esas cosas como la belleza y la coquetería aunque hay quienes aseguran que lo hacía de buen tipo que era nomás, para levantarle la autoestima. En la secundaria siguió con el mismo estilo aunque con un ritmo más quedo, capaz que por el cansancio, y aunque de tanto en tanto invitaba a bailar a la Tostina, se sabía que tenía romances hasta con las más pretenciosas de la escuela.

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