Fue el dueño de los amaneceres de Jujuy durante decenas de años. Su voz inconfundible fue parte del paisaje sonoro de toda una provincia, y mucho más allá. Porque cuando las AM eran la voz más poderosa del éter (y eso fue siempre LW8, con sus 25 kilovatios de potencia), el locutor era la clave del éxito. Media hora antes de la apertura de transmisión, siempre a las 6 de la mañana, él ya entraba a la emisora, se sumergía en la discoteca y con la magia de un prestidigitador barajaba simples, dobles y longplays de vinilo, eligiendo la música que despertaría a los jujeños.
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Fue el dueño de los amaneceres de Jujuy durante decenas de años. Su voz inconfundible fue parte del paisaje sonoro de toda una provincia, y mucho más allá. Porque cuando las AM eran la voz más poderosa del éter (y eso fue siempre LW8, con sus 25 kilovatios de potencia), el locutor era la clave del éxito. Media hora antes de la apertura de transmisión, siempre a las 6 de la mañana, él ya entraba a la emisora, se sumergía en la discoteca y con la magia de un prestidigitador barajaba simples, dobles y longplays de vinilo, eligiendo la música que despertaría a los jujeños.
Él mismo era su locutor comercial en los comienzos, pero además rodeaba su conducción incomparable de un conjunto de personajes simpáticos que había inventado para matizar el desayuno, y camino al trabajo o a la escuela. El más recordado, seguro, es la "Vaquita Aurora" que con sus mugidos ponía un tono simpático a las noticias y los comentarios. Daba a cada ratito el HTH (hora, temperatura y humedad, en la jerga radiofónica), recomendaba abrigarse o vestirse liviano, según el día. Revisaba los portafolios junto con las mamás, y recomendada a los chicos que no lleven la honda al colegio.
"Para qué andar hondeando", repetía, "ni a los vidrios ni a los pajaritos". Y cerraba su informe del clima con una humorada: "¿Me preguntan cómo está el cielo?... ahí -decía- siempre arriba". Después, a las once de la mañana, avanzaba con otra creación histórica: "El correo musical de radio Jujuy" con las cortinas musicales de Laffayette que todos esperaban, y concentraba saludos de cumpleaños, aniversarios que le pedían desde los cuatro puntos cardinales. Por la tarde, desde las 18 a las 20, tuvo otro éxito que abrió caminos y marcó rumbos: "Prohibido para mayores".
Eran dos horas de música juvenil. Porque él conocía todos los ritmos, todos los gustos y en qué oportunidades enviar al aire cada cual. Fue, además, maestro y referencia de la correcta locución en toda su carrera. Era Hugo Conde, el Huguito. El compañero, confidente, compinche, consejero, el amigo querido y parte insustituible de todas las familias. Se bromeaba siempre diciendo que en sus horarios podías escuchar completo sus programas, si ibas en taxis, ómnibus o simplemente caminando: Hugo Conde estaba en todos lados. Su identificación con el radicalismo de Yrigoyen, Balbín y especialmente de Raúl Alfonsín (quien lo contaba entre sus amigos dilectos), y su enorme popularidad (abonada por haber sido futbolista y técnico de los mejores años del "lobo" jujeño -tema del que se ocuparán nuestros periodistas deportivos-) le permitió desembocar en la Intendencia de San Salvador de Jujuy, cargo que ejerció durante 12 años, con transparencia y honradez.
Nunca agresivo, siempre respetuoso, generoso con los amigos, tolerante frente a los ataques. De la larga lista de logros, siempre valoraba especialmente la creación de la Primera Escuela Municipal "Marina Vilte". Después volvió a su casa, a despuntar el vicio de la radio, en la emisora Municipal y también en Jujuy FM del grupo Tribuno de Jujuy. Recibió innumerables homenajes, premios y distinciones, pero tal vez, su más querido blasón haya sido ser declarado Ciudadano Ilustre de esta ciudad.
Ayer, su voz calló para siempre. Pero su labor, su amor por Jujuy, su transparencia como profesional y como amigo quedarán en el patrimonio de la provincia, en páginas especiales, y acaso, en algún momento, en algún homenaje y recuerdo en bronce, que lo arranque para siempre de su natural humildad, y deje testimonio del calibre del locutor, deportista y político, vecino de Alto Castañeda, que vivió sencillamente y murió de igual manera: rico en historias, en música, en amigos, en anécdotas, y acompañado del amor de muchas generaciones. Murió Hugo Conde. Debe estar donde tiene que estar, donde está el cielo, "ahí... siempre arriba".
Palabras de Morales
El gobernador de la provincia, Gerardo Morales, también se refirió al deceso de Hugo Conde. “Grandes momentos compartidos con quien fue el maestro y el artífice central para que el radicalismo jujeño pueda gobernar el municipio capitalino y llegar a gobernar la provincia en un frente amplio. Los mejores recuerdos de Hugo Cid Conde permanecerán en mi memoria y corazón. Hasta siempre, Pajarito”, escribió el mandatario provincial. También desde la Municipalidad de San Salvador de Jujuy se hizo llegar las condolencias a la familia por la pérdida. Mientras que el titular del Enacom, Miguel Ángel Giubergia, recordó a “Pajarito” con una frase que pronunció tiempo atrás: “Soy, seré y cuando me vaya, seguiré siendo radical”, en alusión obviamente a su vida política. En el ambiente deportivo, asimismo, hubo numerosas muestras de dolor por la triste noticia acaecida en la víspera.