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Callejón sin salida para Messi y Barcelona

Es pésima la relación del argentino con el presidente Bartomeu y no tiene vuelta atrás. Pero está el tema económico en el medio.

Viernes, 28 de agosto de 2020 01:03

La decisión manifiesta de Lionel Messi de abandonar de manera inmediata su club "de toda la vida", Barcelona, lo hizo ingresar en un callejón sin salida del que no podrá volver hacia atrás ni tampoco meterse por alguna puerta que se le abra en el camino sin resultar herido en su imagen ante el mundo "culé".

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La decisión manifiesta de Lionel Messi de abandonar de manera inmediata su club "de toda la vida", Barcelona, lo hizo ingresar en un callejón sin salida del que no podrá volver hacia atrás ni tampoco meterse por alguna puerta que se le abra en el camino sin resultar herido en su imagen ante el mundo "culé".

Es que los hinchas barcelonistas, que lo tienen en un altar inmaculado y que hoy en día salen a defenderlo de su aparente "enemigo", el presidente Josep María Bartomeu, también observan con lupa cual será su próximo y decisivo paso.

Y lamentablemente para "Leo", cualquiera que ese sea, su figura no saldrá indemne, sino que quedará manchada por lo que considerarán como una "traición" si se va a otro club, el Manchester City de Josep Guardiola y Sergio Aguero por caso, o si se queda con la condición de que Bartomeu deje su cargo, lo que lo pondría como un virtual ejecutor de un "golpe institucional" dentro de la entidad. Es manifesta la pésima relación que tienen.

Otras alternativas no se ven posibles, porque si se diera la ya prácticamente quimérica posibilidad de seguir, sería invivible el día a día con Bartomeu, y por extensión con el flamante entrenador, el neerlandés Ronald Koeman, que acaba de echar a su gran amigo Luis Suárez, con el que se hizo ver cenando en un lujoso restaurante del centro de Barcelona. Quien quiera oír que oiga.

Y si efectivamente se marcha, siempre poniendo como ejemplo al Manchester City, los "culés" considerarán que se baja del barco cuando más lo necesitan, con un proyecto deportivo que, dada la situación económica del club, dista mucho de que pueda acercarse a la conformación de un plantel competitivo para pelear por esa "champions league" tan anhelada por el rosarino, pero que suena individualista aunque el rédito sería para la institución toda.

E inclusive esa salida hacia el club inglés también se parecería al estallido de otra bomba similar a la del ya histórico martes 25 de agosto de 2020, cuando Messi anunció formalmente que quiere irse a través de un frío burofax, y sus esquirlas podrían alcanzar hasta al mismo Guardiola, que en esta saga también tendría colgado para los hinchas "blaugranas" otro cartelito de "traidor" por haberse llevado hacia suelo británico al futbolista más importante en la historia de Barcelona. Un tercer camino, el más desastroso de todos, sería el entuerto legal que hoy mismo está planteado entre un Messi que pretende irse ejecutando la cláusula de rescisión que consta en su contrato para el final de esta temporada que se debió terminar el 30 de junio y se prolongó un par de meses más por la pandemia y los 700 millones de euros en que Barcelona lo cotizó para quien quiera hacerse de sus servicios.

 

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