Familiares de internos que se encuentran alojados en el Penal de Gorriti expresaron su preocupación por la salud física y mental de los reclusos que están prácticamente incomunicados desde el 1 de agosto. También se preguntaron por qué no se reportó públicamente la muerte de dos presos supuestamente afectados por coronavirus.
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Familiares de internos que se encuentran alojados en el Penal de Gorriti expresaron su preocupación por la salud física y mental de los reclusos que están prácticamente incomunicados desde el 1 de agosto. También se preguntaron por qué no se reportó públicamente la muerte de dos presos supuestamente afectados por coronavirus.
En una entrevista con nuestro diario, en la que solicitaron mantener en reserva sus identidades en procura de evitar represalias, dijeron que el 1 del corriente mes la población carcelaria fue puesta en una cuarentena estricta.
Esto es que los presos están encerrados todo el tiempo en sus celdas, liberándolos unos minutos dos veces al día para que hagan sus necesidades fisiológicas.
En un principio les anunciaron que el aislamiento iba a extenderse hasta el 15 pasado, pero ahora les comunicaron que iba a continuar hasta fin de mes.
"Les dicen que es para prevenir el coronavirus y está bien, pero no los pueden tener encerrados como animales un mes entero, eso ya puede considerarse una tortura", aseguraron con suma preocupación.
Al mismo tiempo apuntaron que "los penitenciarios llevaron el virus a la cárcel", quienes "están contagiando" a los reclusos.
Aclararon que sabían perfectamente que sus familiares estaban allí porque habían cometido un delito y enfatizaron que precisamente el castigo para ellos pasaba por estar privados de su libertad. "Ahora están más presos que nunca", aseguraron al sostener que "se están violando los más elementales derechos humanos". En ese marco, anunciaron que iban a acudir a todos los organismos para denunciar la situación.
Cuando se les preguntó a qué se referían cuando hablaban de incomunicación, respondieron que a los presos les facilitaban una vez al día un teléfono en el que disponían sólo de cinco minutos para comunicarse con la familia. "Llamamos al teléfono fijo y cuando no está descolgado, nos tienen horas esperando y nunca podemos hablar con nuestros familiares y eso es muy triste. Por eso decimos que están incomunicados. Sabemos que ellos cometieron un error y lo están pagando con su libertad. Nosotros no tenemos la culpa, además los penitenciarios deben saber que nadie está exento de esto, uno no sabe si alguna vez va a terminar en esa situación", señalaron.
Incumplimientos
También expresaron su preocupación porque los agentes penitenciarios involucrados en el homicidio de dos internos durante el motín del pasado 16 de julio están en libertad. "Cualquier hijo de vecino que está acusado de matar a alguien lo meten preso hasta que termine la investigación, pero a ellos los dejan libres y eso es muy injusto", aseguraron al demandar "justicia por igual para todos".
Al mismo tiempo señalaron que "no se cumplió" el compromiso con el juez de la Ejecución de la Pena, Carlos Catán, que permitió que se levante el motín.
Precisaron que no se revisó la situación de los internos que están dentro de los grupos de riesgo, a quienes debieran otorgarles domiciliarias mientras dure la pandemia, al igual que adelantar los beneficios de laborales y libertades condicionales a aquellos que están próximos a acceder a estas figuras legales.
Mencionaron que tampoco se revisaron las "sanciones arbitrarias" y las calificaciones.
Al concluir, anhelaron que se atiendan las demandas a fin de evitar situaciones no deseadas.