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Liberándonos de la violencia intrafamiliar

Martes, 04 de agosto de 2020 01:00

Por LIC. MARIANA VERÓNICA ESCOBAR, fundación “Luz de Vida”.

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Por LIC. MARIANA VERÓNICA ESCOBAR, fundación “Luz de Vida”.

"Cualquier momento del día o de la noche es bueno para decir basta y poner fin a una etapa de tu vida que hubieras deseado no vivir", Raimunda de Peñaflor.

¿A qué llamamos violencia? La violencia es una forma de ejercer el poder, que genera el sometimiento de quien la sufre. Podemos observarla en sus diversas formas: física, psicológica, económica, sexual, verbal, entre otras. Cuando hablamos de violencia en el ámbito del hogar, generalmente la mirada se ubica en la relación de pareja, pero la realidad es que esta puede extendersea cualquier vínculo; hijos, hermanos, tíos, abuelos, etc.

Otro término que debemos entender es el ciclo o círculo de la violencia (Walker) que está compuesto por tres fases: 1- Fase de Tensión, la llamada previa, caracterizada por un aumento de tensión en el vínculo y aquí se muestran las primeras manifestaciones de violencia. 2- Fase de agresión: en la que estalla la violencia y por ultimo 3- Fase de luna de miel en donde el agresor suele mostrarse arrepentido, complaciente y sobre todo promete que la situación no volverá a repetirse, esto último, por supuesto, no se cumple. Es así como el círculo se repite una y otra vez.

Es importante destacar que cuando la violencia surge en el ámbito intrafamiliar, todos los miembros de la familia se encuentran involucrados en la misma, es decir que participan de una manera implícita, encontramos por ejemplo a los testigos, a aquellos que intervienen, los que la ejercen, la víctima; todos cumplen una función que alimenta el círculo y genera consecuencias en los integrantes del grupo familiar, descubrimos así a una familia entera que lo padece. En la víctima podemos notar sentimientos de tristeza, soledad, impotencia, culpa, negar lo sucedido, dificultad para concentrarse, insomnio, pesadillas, llanto incontrolado, etc. En los testigos puede surgir un cuadro similar al llamado estrés postraumático, con signos como trastornos del sueño, ansiedad, depresión, sentimientos de culpa, miedos, conductas de huida y se puede llegar hasta la reproducción de la violencia vivida en ámbitos externos a la familia.

Antes de aprender a salir, hay algunas cosas que debemos comprender, debemos entender que nuestra situación actual no va a modificarse, a menos que cambiemos la manera de reaccionar frente a ella. Es posible salir, solo requiere la firme determinación de creer que lo podés lograr.

El primer paso para salir de este ciclo es reconocer que estamos dentro, en las familias que lo sufren suelen haber muchos secretos, así se fortalece el círculo interno y cada vez se dificulta más la salida, por lo que comenzar por encontrar apoyo fuera del ámbito doméstico nos da una perspectiva de la mirada de un tercero externo.

Además de reconocer que sufrimos violencia, debemos identificar de qué tipo y en qué situación se intensifica, para elaborar un plan de acción y respuesta, con el fin de detenerla antes de que se produzca, esto debe ser adecuado a cada situación.

Por último y no menos importante es realizar la denuncia a las entidades correspondientes, y posteriormente buscar ayuda profesional que nos permita atravesar este proceso de salir de lo conocido hacia lo desconocido.

Debemos recalcar que es fundamental sanar las heridas, puesto que, como la familia es el lugar en donde crecemos y aprendemos, podemos caer en la trampa de naturalizar la violencia.

Para prevenir: debemos fomentar el desarrollo de habilidades sociales como la comunicación de los sentimientos, la empatía, el apego, la capacidad de resolver problemas por sí mismo, desde la niñez. También debemos fomentar el desarrollo de vínculos saludables entre los miembros de la familia basándonos en el respeto por el otro así como proporcionar un establecimiento claro de límites y roles. Finalmente, propiciar la expresión de afecto y la asertividad.

Recordemos que en la temática de la violencia podemos combatir denunciando, prevenir enseñando y salir aprendiendo.