Por Colegio de Ingenieros de Jujuy
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Por Colegio de Ingenieros de Jujuy
La crisis sanitaria derivada de la pandemia producida por el virus Covid-19 profundizó la crisis social y económica a escala global, llevando a que los gobiernos nacionales, provinciales y municipales motoricen medidas con el propósito de atemperar los impactos de la misma. Se ha puesto al desnudo la realidad de muchos sectores sociales y asistimos con mucho dolor a tener que afrontar las pérdidas que esta pandemia provoca en vidas, recursos y puestos de trabajo en todas las regiones. Se estima que el producto bruto mundial caerá un 30%, lo que indefectiblemente llevará a una nueva fase de la crisis, donde las potencias mundiales tratarán de descargar en los países dependientes, las consecuencias de la misma.
Desde el Colegio de Ingenieros de Jujuy, sostenemos como muchos otros que esta crisis es una oportunidad, y que la nueva normalidad nos tiene que encontrar siendo mejores como personas, como profesionales y como institución. Los problemas estructurales de gestión pública que muestra la crisis, fruto de la falta de inversión en infraestructura, en tecnologías y en particular en capacitación de los recursos humanos, deben ser resueltos con métodos y practicas distintas a las anteriores, con una nueva mirada estratégica innovadora y tienen que ser prioridad para los gobiernos. Las estructuras de gestión deben producir cambios revolucionarios si queremos recuperar los costos de esta crisis.
Para esto lo primero es tener voluntad de producir los cambios necesarios, convocando a las fuerzas sociales, profesionales y científicas dispuestas a ser protagonistas y partícipes de la construcción de una nueva normalidad. El gran científico Albert Einstein ya nos dejó aquello de si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo. Una convocatoria a la innovación. En este sentido, nada debería ser igual a lo anterior cuando pensemos la estructura de funcionamiento de los organismos del Estado en el nuevo contexto.
En lo que a los ingenieros nos atañe, y en particular a los especialistas que dominan la informática y la tecnología de datos debemos procurar incorporar a los procesos, los avances tecnológicos y nuevos sistemas de gestión que desarrollen habilidades de dirección, control y evaluación de la gestión. Los funcionarios de los gobiernos deberán estar dispuestos a encontrar los recursos necesarios para la capacitación de los recursos humanos, incorporando el uso de las nuevas tecnologías. Así el sistema de administración debería desdoblar su atención en todos los poderes, optimizando el uso de los recursos que son subutilizados, creando un nuevo sistema de gestión y atención al público y el diseño de un nuevo circuito administrativo virtual que valide los sistemas digitales y rompa con el monopolio de la información, democratizando la misma en los niveles correspondientes.
La pospandemia, no puede ni debe encontraren en la estructura burocrática y de gestión del Estado, ninguna excusa para producir los cambios necesarios. La situación amerita dejar de lado los privilegios individuales o sectoriales para poner al frente el interés común y sostener un objetivo que nos haga vislumbrar un futuro distinto. Los ingenieros y nuestra institución estamos dispuestos a transitar ese camino, por ello estamos generando los cambios necesarios para seguir mejorando el trabajo profesional y los servicios a nuestros matriculados pero se hace indispensable que los organismos del estado también lo hagan, sin demoras ni pretextos, entendiendo que el trabajo conjunto incorpora valor publico, que luego se transforma en fuentes de trabajo.