La autopsia de Gonzalo Britos Venturini, el piloto de la Fuerza Área que perdió la vida al estrellar su avión en la provincia de Córdoba, reveló las causas de la muerte. Según los exámenes al cuerpo de la víctima, el joven de 34 años falleció antes de tocar tierra producto de una lesión en la médula ósea provocada por la aceleración y la fuerza de gravedad al eyectarse de la aeronave A-4AR Fightinghawk.
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La autopsia de Gonzalo Britos Venturini, el piloto de la Fuerza Área que perdió la vida al estrellar su avión en la provincia de Córdoba, reveló las causas de la muerte. Según los exámenes al cuerpo de la víctima, el joven de 34 años falleció antes de tocar tierra producto de una lesión en la médula ósea provocada por la aceleración y la fuerza de gravedad al eyectarse de la aeronave A-4AR Fightinghawk.
De acuerdo con los datos que trascendieron, reseñados por Cadena 3, el oficial Britos Venturini sufrió una “luxación y sección completa de la médula ósea de la columna cervical”. La autopsia fue realizada en la morgue del Hospital San Antonio de Padua de la ciudad de Río Cuarto y estuvo a cargo de la doctora Ana Laura Peiovich. En el informe quedó reflejado que la acción de las fuerzas G fueron las que provocaron el deceso.
El avión cazabombardero piloteado por Britos Venturini se estrelló el miércoles por la mañana en el sur de la provincia de Córdoba tras haber despegado de la localidad de Villa Reynolds, en San Luis. Según se informó, el oficial reportó fallas durante un ejercicio de tiro a bordo de uno de los últimos operativos que poseen las FFAA. Antes de que la máquina impactara en la tierra, el joven logró eyectarse, pero no sobrevivió, según confirmaron fuentes militares.
“El piloto fue hallado sin vida cerca del lugar de la eyección, por personal de Búsqueda y Rescate de la 5ta brigada aérea que, rápidamente fue desplazada al lugar, luego de darse la alerta correspondiente”, informó la Fuerza Armada en un comunicado oficial.
Las autoridades iniciaron una investigación para determinar los motivos del accidente. La máquina era uno de los últimos 5 aviones de combate operativos que tenía la Argentina, que forman parte de una flota de 12 (ahora 11) A-4AR Fightinghawk, la mayoría de baja y sin poder volar por diferentes inconvenientes técnicos. Los nuevos Pampa, que también integran la flota, aún no fueron homologados para llevar armamento.
“La Fuerza Aérea lamenta profundamente la pérdida de uno de sus jóvenes Halcones, acompañando a la familia del señor Capitán, en este difícil momento”, concluye el comunicado difundido por la FAA.