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En auto, el arquero jujeño de Huracán, recorrió 1.800 km para presentarse a entrenar

Rafael Ferrario se encontraba en Monterrico realizando la cuarentena cuando recibió la noticia que debía volver a los entrenamientos en La Quemita, para sumarse a Huracán.

Domingo, 09 de agosto de 2020 17:31

Rafael Ferrario se encontraba en Monterrico, realizando la cuarentena cuando recibió la noticia que debía volver a los entrenamientos en La Quemita. Al estar suspendido el transporte comercial aéreo y terrestre por la pandemia, fueron sus padres quienes le entregaron el auto que utiliza la familia para que pueda pegar la vuelta. Luego de recurrir a sus ahorros para repararlo rápidamente, el joven arquero con poca experiencia en manejo se lanzó solo a la ruta y recorrió 1800 km sin parar llegando a tiempo al hisopado que se le realizó al plantel profesional, el viernes. Durante el viaje tuvo que atravesar varios controles y hasta googlearon los gendarmes su nombre para corroborar quien era.

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Rafael Ferrario se encontraba en Monterrico, realizando la cuarentena cuando recibió la noticia que debía volver a los entrenamientos en La Quemita. Al estar suspendido el transporte comercial aéreo y terrestre por la pandemia, fueron sus padres quienes le entregaron el auto que utiliza la familia para que pueda pegar la vuelta. Luego de recurrir a sus ahorros para repararlo rápidamente, el joven arquero con poca experiencia en manejo se lanzó solo a la ruta y recorrió 1800 km sin parar llegando a tiempo al hisopado que se le realizó al plantel profesional, el viernes. Durante el viaje tuvo que atravesar varios controles y hasta googlearon los gendarmes su nombre para corroborar quien era.

Sin dormir, cansado y estresado por el largo viaje, Rafael Ferrario se presentó el viernes en el predio Jorge Newbery, lugar donde se llevaron a cabo todos los controles médicos del plantel profesional.

El guardameta viajó durante 16 hs y logró acoplarse al resto del equipo dirigido por Israel Damonte. El termo, una docena de empanadas que le preparó su mamá y su mochila fueron los únicos testigos de la travesía que debió superar Rafa para volver a La Quema.

¿Cómo y dónde estabas cuando te enteraste que volvían a entrenar?

La noticia me sorprendió. Con mi familia suponíamos que iba a ser la semana del 17, pero el martes cuando estaba en el campo con mi papá y mis hermanos alimentando a los animales, me llegó un audio del profe y me enteré que a más tardar nos teníamos que presentar el viernes, en La Quemita, para realizar el hisopado. Ahí me quedé helado, era martes y tenía que estar el jueves a la noche, no lo podía creer, no sabía cómo iba a llegar, era casi imposible. Le avisé a mi papá pero no me creía, le hice escuchar el audio y ahí empezamos a ver cómo iba a hacer para viajar Buenos Aires.

¿Cuáles eran las posibilidades para llegar a Capital Federal?

-Regresar al Club en tan poco tiempo era muy difícil, en Jujuy están en fase 1, no hay aviones ni micros. Lo primero que pensé fue buscar algún camión que regresara a Buenos Aires, yo me hubiera subido al primero que me trajera para acá, pero mi mamá se ofreció a prestarme su auto.

Lamentablemente no estaba en condiciones de salir a la ruta. Con los pocos ahorros que teníamos yo , mis viejos, mi abuelo y mi tía tratamos de poner el auto a punto para poder viajar.

Lo dejé en el mecánico el miércoles a la mañana y me dijo que iba a estar a la tarde, yo ya soñaba con salir a la madrugada, pero no fue así. Se demoraron los repuestos porque estaban en Jujuy capital y necesitaban un permiso para ir a buscarlos. Ahí nomás pensé que no llegaba, no iba a poder estar para que me realicen los estudios y poder volver a entrenar, me puse muy triste.

El mecánico me llamó y me dijo que iba a estar para el jueves a la mañana, así que le avisé a mi mamá que el jueves terminaba de almorzar y salía para La Quemita. Cuando comencé el viaje, en el pueblo me decían que estaba loco, pero yo tengo en claro mis objetivos y decidí arrancar.

Antes de salir le mandé un mensaje a Israel avisándole que estaba en camino y que iba a hacer lo imposible para llegar. Por suerte él me dijo que me quedara tranquilo que si no llegaba algo íbamos a hacer.

Saliste el jueves a las 14 hs, ¿Cómo fue el viaje?

-Aprovechamos el mediodía para hacer un asadito en familia y poder despedirnos. Fue un momento lindo aunque la preocupación de mis viejos estaban en los 1800km que iba a manejar solo, yo no pensaba en eso, solo quería volver y empezar a entrenar.

Preparé todo y me subí al auto. Salí de Monterrico y agarré la ruta 34 que va de Jujuy a Santiago del Estero. En el pueblo de Pampa Blanca me paró el primer control. Me consultaron a donde iba y cuando dije Buenos Aires, me empezar a hacer muchas preguntas. Les mostré el permiso que me mandó el Gerente Deportivo Fernando Salces y mi credencial de futbolista. Ahí los policías aflojaron y me felicitaron. Abrieron la valla y pude pasar. Ya más adelante en la ciudad de Salta, tuve que pasar otro control, pero ellos ya estaban avisados desde el anterior y seguí sin problemas. Cuando llegué a Santiago Del Estero no me dejaban pasar, les mostré toda la documentación pero parecía que no eran suficientes, las cosas se empezaron a complicar. Ellos no me creían, sospechaban del auto y me dejaron a un costado de la ruta. Pasaron 15 minutos hasta que vino otro policía y me dijo:

-Nombre y apellido por favor

-Soy Ferrario Rafael (Mientras el agente de tránsito tenía el celular en la mano)

-La 27, ¿no?

-No yo tengo 20 años oficial

-Pero jugas con la 27.

-Ah, sí, ¿me estás buscando por internet?

-Sí, ¿en qué club y de qué posición jugás?

-Soy arquero y juego en Huracán

-Muy bien, estábamos corroborando los datos, te vamos a dejar pasar. Pero te vamos a tener que fajar las puertas para que no puedas bajar en ningún lado de Santiago. Así que con las puertas completamente fajadas pude seguir viaje.

Llegando a un pueblo llamado Fernández me estaba quedando sin nafta y ya no tenía gas, pero no sabía cómo hacer con la puerta fajada, le pregunté al playero y me dijo que la rompa, no iba a pasar nada. En el siguiente control, solo chequearon los papeles y continué. Ya en Santa Fé estaba todo un poco más tranquilo, le iba avisando a la familia y ellos insistían en que pare a descansar. Era tanta la motivación que tenía en llegar que no afloje y le metí. Tipo dos de la mañana me llamó mi profe para preguntarme como estaba, él era uno de los que me decía que estaba loco, pero eso me seguía motivando para llegar. Cuando agarré la autopista de Rosario fue todo más tranquilo y me relajé, estaba súper contento iba a lograr el objetivo. Durante todo el viajé pensaba en las ganas de atajar, jugar y poder triunfar en Huracán. Es mi sueño y el de toda mi familia.

¿Fuiste parando en algún lado por provisiones o solo frenabas para cargar nafta?

Mis padres optaron que me lleve el auto también por el miedo a los contagios. Me prepararon una buena vianda con empanadas, fruta, agua, chicles y jugo. Comida y bebida no me faltaban, solo paraba para cargar combustible y seguir. En el norte es muy común cuando manejas de mascar coca, pero al ser deportista y por los controles de antidoping no lo hago.

¿A qué hora llegaste y que hiciste ni bien llegaste?

-Llegué a casa a las 5 de la mañana y le avisé a todos. Fer Salces me dijo que descanse tranquilo y que podrían hisoparme hasta las 12 del mediodía. Si bien me puse 5 alarmas por miedo a dormirme, me bañe desarmé el bolso y luego de un buen desayuno me fui sin pegar un ojo a La Quemita. Sin el apoyo de mi familia y mis amigos del pueblo, poder hacer este viaje hubiese sido imposible.

Fuente: Página oficial de Club Atlético Huracán

 

 

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