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Maestras en Jujuy

Sabado, 12 de septiembre de 2020 01:02

Por Manuel Omar Armas, profesor de Historia

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Por Manuel Omar Armas, profesor de Historia

En 1845 Domingo Faustino Sarmiento, exiliado en Chile, viajó a Europa y Estados Unidos enviado por ese gobierno para indagar sobre los últimos métodos de enseñanza. En este viaje quedó impresionado por la calidad educativa de Estados Unidos donde se hacía hincapié en la formación de docentes para educar a toda la población.

Siendo Ministro Plenipotenciario de Argentina en EEUU, conoció al educador Horace Mann (conocido como el padre de la educación norteamericana) con quien mantuvo extensas conversaciones. Quedó admirado con el Estado de Massachusetts, donde habían 3.500 escuelas, atendidas por más de 7.000 maestros. Siendo ya presidente buscó traer al país algunos profesores y maestras para poner en marcha las nuevas escuelas normales que pensaba fundar. A partir de 1868 comenzaron a llegar las primeras maestras, Mary Elizabeth Gorman. Desembarcó en Buenos Aires en 1869 y se dirigió a la provincia de San Juan. Miss Mary Mann seguía reclutando, en Estados Unidos, a jóvenes maestras. A principios de 1870 el matrimonio Stearns inauguró la Escuela Normal de Paraná y durante cinco años trabajaron en esa ciudad entrerriana. En medio de grandes tribulaciones, desarrollaron una labor admirable y pusieron en marcha un plan de estudios había sido diseñado por el mismo Sterns, quien en pocos años, logró crear un centro de formación modelo. Julia Stearns murió en 1875 y él regresó a su patria en 1876. Luego, por medio de la viuda de Mann, Mary Mann, Sarmiento logró contratar a otros docentes norteamericanos y en los años posteriores hasta 1898 llegaron aproximadamente cien maestras y maestros norteamericanos al país.

En 1883, durante la primera presidencia de Roca, llegaron 23 maestras más. Realizaron su tarea en Catamarca, San Juan, Tucumán, Mendoza, Corrientes y Jujuy. Sarmiento proyectó traer mil maestras norteamericanas a la Argentina. Lo cierto es que entre 1869 y 1898 llegaron a este país sesenta y cinco docentes. De ellos, sesenta y uno eran mujeres y cuatro eran hombres, todos ellos formados en el método de Pestalozzi.

Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, Santa Fe, Tucumán, Mendoza, Catamarca, Jujuy y otras provincias recibieron en sus establecimientos normales a estas maestras que venían a difundir el método mejor de enseñanza, trayendo dentro de sus corazones el acendrado amor a la educación. El 13 de octubre de 1875 el presidente Nicolás Avellaneda dictó la ley que disponía la creación de una escuela normal en cada provincia, siempre que los gobiernos aportaran con los edificios respectivos.

La llamada "Ley de las Subvenciones" establecía que el Poder Ejecutivo Nacional brindaría ayuda económica para la instalación y demás gastos de la escuela durante el primer año. En nuestra provincia funcionaba, con la dirección del profesor Sergio Alvarado, una escuela de preceptores anexa a la Casa Nacional de Estudios, autorizada por Avellaneda y el apoyo económico y moral del gobernador Cástulo Aparicio.

Utilizando los beneficios de la Ley Avellaneda, el gobernador Eugenio Tello y su ministro general de Gobierno, Manuel Padilla, ofrecieron al presidente Roca el edificio donde estaba la Casa Nacional (calle Alvear, donde hoy funciona la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Jujuy) para que allí se instalase la Escuela Normal de Maestras. Su creación se hizo por decreto firmado por el presidente Roca y su ministro de Culto e Instrucción Pública, Eduardo Wilde, con fecha 1 de febrero de 1884.

El problema del personal directivo y docente se resolvió designando a las norteamericanas que habían llegado al país, entre quienes estaba Juana Stevens a quien se dio la tarea de organizar la Escuela Normal de Catamarca, después la de Rosario de Santa Fe y posteriormente la de Jujuy, en carácter de directora de la Escuela Normal de Maestras. Como vicedirectora se nombró a Teodora Gay y a las profesoras Felisa Rasguido y Dolores Villegas para el Departamento de Aplicación. Como esta última no pudo asumir se nombró su reemplazo a Delfina Villafañe. En el área administrativa Matilde González de Claros que tenía a su cargo las clases de Labores y Economía Doméstica. Para actuar como bibliotecaria a Elsa de Tezanos Pinto de Ovejero y como su ayudante a Delfina Santidades.

El inicio de clases se realizó el 4 de julio de 1884 fecha que coincidía con la celebración de la Independencia de Estados Unidos y como homenaje a la directora y vicedirectora. La ceremonia la presidió el gobernador Eugenio Tello a quien acompañó un extraordinario fervor popular, registrándose una inscripción inicial de cien alumnas la mayoría provenientes del Colegio de Dolores creado y sostenido por el ilustre sacerdote Escolástico Zegada.

Juana Stevens fue una verdadera educadora que instruía y daba formación religiosa y moral al alumnado al que reunía diariamente en uno de los patios durante cinco minutos inculcándoles los mejores preceptos inspirados en su noble vocación de maestra. El decreto de creación de la Escuela daba como nombre al establecimiento Escuela Normal de Maestros de Instrucción Primaria. Todas las asignaturas se aprobaban mediante exámenes y en 1886 ingresaron en primer año las alumnas que habían aprobado el curso preparatorio. En el mismo año se incorporaron como profesores Joaquín Carrillo, en Historia y Gramática; José Cuñado, en Aritmética; Urbana de Yrigoyen, en Lectura, Declamación Escritura y Ortografía; Antonio Baldi, en Anatomía, Fisiología e Higiene; Luis Langón, Francés; Delfina Santibañez, en Dibujo; Pura Cervetto, en Música; Dolores Alcorta, como pianista ; en clases de gimnasia, Rosario Santillán, y Fidela Cuello, como directora de grado. El curso del segundo año se inauguró en 1887 y al siguiente se designó a Octavio Martiarena, un jujeño que había cursado en Paraná y pasó a cumplir funciones de regente del Departamento de Aplicación.

El 3 de noviembre de 1888 recibieron sus diplomas las primeras maestras de Jujuy Rita Alvarado, Irene Almaráz, Adela Bárcena, María Blas, Juana Castañeda, Concepción Cicarelli, Agustina Corte, Juana Orias, Dolores Sánchez y Lía Torres.

En 1897 la directora Juana Stevens logró después de pacientes gestiones que se pusiera en funcionamiento un Jardín de Infantes a cuyo frente estuvo la señorita Pía Doménico. La escuela adquirió su carácter de mixta recién en 1914.

En el año 1903, el Inspector General de escuelas, Leopoldo Lugones, le hizo a la señorita Stevens públicamente una crítica por incluir una hora de clase de religión católica en los programas de estudio. Esto produjo la renuncia de la directora en el mes de marzo. Fue reemplazada por Pablo Arroyo.

A partir de este momento, Juanita Stevens (su nombre completo era Mary Janeth Stevens) continuó su labor docente en el asilo del Buen Pastor, ayudando a las jóvenes que se encontraban allí recluidas. Al producirse su fallecimiento, el 26 de setiembre de 1929, las autoridades de la Escuela Normal rindieron diversos homenajes a la que fuera su fundadora. El personal docente y alumnos mantuvieron una guardia de honor durante el velatorio que se realizara en la capilla del Buen Pastor. El profesor Filiberto Carrizo despidió sus restos, destacando la trascendencia y continuidad de su labor educativa en beneficio de innumerables generaciones de jujeños.