En la presente jornada se cumplen 15 años de la muerte de Teófilo Eduardo González, un jujeño que de manera accidental, falleció en la Antártida Argentina, sirviendo a la patria. Teófilo es hijo de Pampa Blanca, una población que aún se emociona al recordarlo como un servidor de la nación, como aquel que dio su vida por ella y por eso hoy habrá un breve acto protocolar.
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En la presente jornada se cumplen 15 años de la muerte de Teófilo Eduardo González, un jujeño que de manera accidental, falleció en la Antártida Argentina, sirviendo a la patria. Teófilo es hijo de Pampa Blanca, una población que aún se emociona al recordarlo como un servidor de la nación, como aquel que dio su vida por ella y por eso hoy habrá un breve acto protocolar.
Se realizará a las 9.30, será en la plazoleta Snopek del Pórtico sur provincial y está organizado por la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Pampa Blanca, lugar donde se ubica el monumento al héroe pampeño, por eso en su memoria flameará nuestra enseña nacional, el acto será reducido, sólo para familiares y se respetarán las medidas de bioseguridad.
El suboficial Teófilo González perdió la vida el 17 de septiembre del 2005, cuando prestaba servicio en una base del continente blanco, fue cuando en cercanías a ese lugar, el pampeño cayó en una profunda grieta, mientras se movilizaba en una motonieve junto a su compañero el científico Augusto Thibaud; el accidente se registró cuando regresaban desde la Base Uruguaya hacia la Base Jubany.
Desde ese momento, fueron 39 días de espera, de incertidumbre absoluta y dolor, en los que todo el país estaba unido, junto con los familiares, amigos y vecinos de Pampa Blanca, tenían la esperanza de encontrarlos con vida. Pero el 26 de octubre de aquel año, después de una larga búsqueda la patrulla de rescatistas del Ejército Argentino, encontró los cuerpos.
Teófilo Eduardo González desde muy niño sintió la vocación de servir, a los 16 tomó la decisión de ingresar a la Escuela de Mecánica de la Armada Argentina y desde entonces mantuvo firme su ideal, el de defender a la república, con tan solo 35 años de edad, por su gran esfuerzo y responsabilidad, ya integraba la dotación en el continente antártico.
Hoy, su padre don Pedro "Perico" González, sus hermanos, todos los familiares y autoridades de Pampa Blanca están unidos en la memoria.