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Trasladar respuestas ya existentes al turismo

Viernes, 18 de septiembre de 2020 01:00

Por LIC. DANTE ÁLVAREZ DODI

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Por LIC. DANTE ÁLVAREZ DODI

En la "nueva normalidad", la tecnología jugará un papel importante. Aunque es la tendencia puede que no la veremos extendida a corto plazo, por un lado debido a los tiempos y por otro lado debido a los costos de su ejecución.

No sabemos si es el único camino pero sin dudas habrá que trabajar en la transformación digital y la adaptación pensando en la subsistencia humana.

Al Estado le espera un nuevo rol, garantizar su ampliación y alcance. Mientras tanto habrá que buscar "nuevos casos de uso de tecnologías ya existentes". No estamos hablando de innovaciones recientes: son tecnologías que llevan años entre nosotros, pero que ahora serán habituales.

Si una localidad cuenta con una infraestructura de base podrá desplegar esa consumación tecnológica.

El teléfono móvil es el ejemplo más claro de lo que se aproxima en este contexto, será un bien aún más insustituible: lo podremos usar para reservar turno en un gimnasio, conocer la capacidad de carga en un atractivo turístico antes de ir, hacer el registro en el hotel, descargar entradas para un museo o mirar la carta de un restaurante mediante un código QR o hacer check in en el hotel.

En el fondo, estamos hablando de trasladar respuestas ya existentes.

Hay un software desarrollado por una telefonía que utiliza los datos de un sistema de videovigilancia mediante cámaras IP con conectividad 4G para detectar en tiempo real el porcentaje de ocupación. Esta solución se puede utilizar para controlar la capacidad de carga en atractivos, eventos, o para acceder a un monumento.

La tecnología te puede comunicar las horas de espera, mientras tanto podés cambiar tus planes de visita; detectar las zonas del espacio que están ocupadas y/o cuáles están libres. Desde el panel de control de usuario, un mapa puede mostrar todos los puntos del área en cuestión, visualizar capacidad actual, el máximo permitido para esa localización, configurar las alertas en los móviles a los responsables de supervisar.

Esta necesidad puede suponer además la oportunidad de una combinación más perfecta entre lo físico y lo digital, podremos sugerir experiencias y soluciones sin contacto y ofrecer alternativas más seguras.

Un hotel es otro buen ejemplo de este camino hacia el "contacless". Todo un desafío para eliminar el máximo de puntos de interacción y contactos que habitualmente se generan en él y solucionarlos con un móvil. El cliente podrá encontrar códigos QR para poder pedir los diferentes servicios: realizar online el registro, elección de habitación y el "checkout", encargar el servicio de habitaciones, reservar mesa en el restaurante.

Ya existen algunos hoteles que tienen ascensores Thyssenkrupp (un nuevo sistema de llamada sin contacto con los pulsadores) con su propio "smartphone", los usuarios pueden leer un código QR y reproducir una imagen virtual que les permite llamar al ascensor y marcar la planta de destino.

Para circuitos turísticos no es complicado imponer la compra de tickets online, vía móvil con uso de códigos QR, aplicaciones de autoguía en la propia terminal para acceder a contenido que enriquezca la visita.

También ya existen los beacons (balizas basadas en bluetooth de bajo consumo) se utilizan, por ejemplo, en museos para que los usuarios reciban información en sus dispositivos al aproximarse a las obras de arte. Esos mismos pueden también emplearse para alertar al visitante si incumple la distancia.

La termografía es otro ejemplo de norma ya presente en los aeropuertos. El reconocimiento biométrico, el reconocimiento facial como método de autenticación (control de seguridad), lo que permite que los viajeros puedan tomar su vuelo sin necesidad de mostrar ningún billete o documento de identificación.

Como vemos la tecnología es una gran herramienta que el turismo tiene para hacer frente el actual contexto y al turismo pospandemia.

Si decidimos extendernos un poco más, tendremos que afrontar nuevas alternativas, no podemos quedarnos en los procedimientos de entrada y salida o solo en la aplicación de protocolos sanitarios.

Como en todo proceso existen etapas, la emergencia propiamente dicha por la que ya estamos atravesando; la de contención; y la que debemos abordar de la recuperación.

Por supuesto hay variables que condicionan nuestra actividad multidisciplinaria y multisectorial, una de ellas es el mercado aéreo, volver a colocar toda la oferta de vuelos como antes de la pandemia, podría demandar al sector unos 2 años, por lo que de esta recuperación dependemos absolutamente toda la cadena turística global.

Como vemos mucho va a depender de nosotros mismos, no solo del Estado porque los tiempos así lo ameritan. Si bien es importante la ley de sostenimiento y reactivación productiva de la actividad turística nacional, no es suficiente.

Debemos interesarnos en la reactivación turística del país, es la clave para salir de la crisis. Argentina genera US$ 5.400 millones por exportaciones, el turismo ocupa el 4º complejo exportador del país (8% del total de exportaciones). Dinamiza el consumo interno, ARS 165.000 millones de consumo interno con impacto en todas las provincias del país. Genera empleo, 1,09 millones de puestos de trabajo directos en turismo, 5,4% del total nacional. 273 mil puestos de trabajo registrados en hoteles y restaurantes. Según fuente Sectur, con base en EVyTH, ETI, Indec-Sectur y DN de Migraciones.

Entender la dimensión objetiva no es que estén de pie los más de 17.000 hoteles, 5.000 agencias de viaje y otras pymes del sector, sino que en el mediano plazo el turismo permita encontrar al país de pie cuando termine la pandemia.

Si bien la crisis demostró dos cosas en materia de gestión, que los gobiernos y los organismos mostraron una absoluta "descoordinación", es imposible pensar cualquier recuperación sin el Estado; como tampoco es posible no depender de una salida sin definir un trabajo colaborativo entre todos los actores de la cadena, públicos y privados.

Si es que queremos cruzar el portal del Covid-19 AC (antes Covid-

19) al DC (después Covid-19) puede que sea una puerta llena de oportunidades. Habrá que procurar aligerar el paso, despojarnos de cargas ya conocidas y adentrarnos a lo nuevo.

Está comprobada la capacidad del sector a sobreponerse, adaptarse y probada aptitud de recuperarse e impactar incluso en la recuperación de otros sectores.

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