¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

21°
24 de Abril,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

El 90% de pacientes graves con Covid-19, con obesidad o sobrepeso

La nutricionista Paula Vidal, del hospital "San Roque", dijo que otro factor de riesgo que predomina es la diabetes.
Lunes, 21 de septiembre de 2020 01:00

La evidencia científica actual indica que los eventos relacionados con la enfermedad del coronavirus son peores en las personas que padecen obesidad y que una proporción importante de los individuos que necesitan cuidados intensivos padecen esta patología. "El 90% de los pacientes con coronavirus que se encuentran en estado grave, son obesos, diabéticos o con sobrepeso", sostuvo la nutricionista Paula Vidal, quien se desempeña en el hospital "San Roque" asistiendo a pacientes que padecen este virus.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

La evidencia científica actual indica que los eventos relacionados con la enfermedad del coronavirus son peores en las personas que padecen obesidad y que una proporción importante de los individuos que necesitan cuidados intensivos padecen esta patología. "El 90% de los pacientes con coronavirus que se encuentran en estado grave, son obesos, diabéticos o con sobrepeso", sostuvo la nutricionista Paula Vidal, quien se desempeña en el hospital "San Roque" asistiendo a pacientes que padecen este virus.

 

Hace más de 70 años la OMS reconoció a la obesidad como enfermedad. Sin embargo, aún no ha sido declarada así en Argentina.

 

La profesional indicó que la obesidad es un problema entre la cantidad de comida ingerida y el gasto de energía que se hace. Añadió que por lo general ahora la mayoría de las personas lleva una vida sedentaria porque tiene un trabajo que insume poco gasto de energía y consume en mayor cantidad la comida "chatarra". En este sentido, enfatizó en la importancia de llevar una alimentación saludable y en primera medida recomendó tener organizado el día. Es decir, saber qué desayunar y armar el menú de la semana, a fin de evitar salir a la calle en plena pandemia.

Además, realizar las cuatro comidas diarias, consumir mucha agua y evitar el picoteo de alimentos. Medir las porciones que se va a ingerir, ya que no es necesario comer dos o tres platos. Evitar las gaseosas, o bien consumir esta bebida el fin de semana o para una fecha especial. También hizo hincapié en la importancia de mantenerse activo, por lo que aconsejó salir a caminar el día que la persona pueda -según la terminación de DNI- y cumplir siempre con los cuidados de bioseguridad.

NUTRICIONISTA / PAULA VIDAL DIALOGÓ CON EL TRIBUNO DE JUJUY.

Por otro lado, señaló que cada vez hay más chicos con sobrepeso y obesidad que con desnutrición, "algo que antes no se veía". Agregó que hay pensamientos erróneos acerca del peso durante la infancia. "Se decía no está gordito, está saludable, porque la abuela tenía ese pensamiento, pero en realidad no es así", resaltó la nutricionista.

Al mismo tiempo remarcó que se observa que en gente que carece de ingresos socioeconómicos, se alimenta en mayor cantidad con hidratos de carbono. "Ahora se ve a personas que desde chicos son obesos y eso continúa durante toda la vida y en grandes llegan a ser obesos", apuntó la especialista, agregando más adelante que para empezar a reducir esta enfermedad, se requiere un trabajo desde lo público y desde la tecnología alimentaria.

"Ya venimos con malos hábitos, hay que reeducar de lo que ya venimos. Tengo pacientes que tienen 13 años de edad y tienen diabetes tipo 2 a causa de la obesidad o sobrepeso. Entonces uno dice qué le espera para cuando tengan 20 años", indicó.

Planteó que, a la hora de decidir empezar una dieta saludable, es importante contar con el acompañamiento de la familia. "Porque si no tenés acompañamiento es muy difícil cambiar la alimentación. Estoy atendiendo a pacientes que no veía hace mucho y ahora todos subieron de peso en este tiempo", cerró.

Insisten con solicitar que en el país sea declarada enfermedad

La Sociedad Argentina de Nutrición, al igual que múltiples organismos internacionales y gobiernos, define a la obesidad como una enfermedad crónica de altísima y creciente prevalencia y responsable de múltiples comorbilidades de elevada mortalidad prematura, como diabetes tipo 2, hipertensión arterial, enfermedad cardiovascular y un estado inflamatorio generalizado que incrementa el riesgo de trombosis y cáncer. No obstante, subrayan que en nuestro país aún no se la reconoce como enfermedad, sino que se la define como “condición” o “factor de riesgo”.

En nuestro país, la prevalencia de exceso de peso (sobrepeso + obesidad), según la 4º Edición de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (realizada en 2018 y presentada en 2019), fue de 61,6%, comparativamente superior a la 3º Edición de la Enfr (57,9% en 2005), con una tendencia que se mantuvo en ascenso alarmante en relación con los relevamientos anteriores. “En realidad, como va aumentando ahora la obesidad, debería considerarse una enfermedad y que tenga un tratamiento interdisciplinario. Porque es lo mismo que una persona se enferme y si no tiene ese tratamiento o ese apoyo, esa enfermedad va a seguir avanzando y después ya no va a retroceder.

Por eso las complicaciones que tiene la obesidad, como la diabetes, la hipertensión, problemas cardiovasculares, algunos cánceres que también se han probado que es parte de esta enfermedad. Más del 50% de la población tiene algún grado de sobrepeso u obesidad, entonces se tendría que considerar una enfermedad”, dijo la nutricionista Paula Vidal, tras ser consultada por El Tribuno de Jujuy.

Motivos que justifican

OBESIDAD / ES RESPONSABLE DE MÚLTIPLES COMORBILIDADES DE ELEVADA MORTALIDAD.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad es una alteración o desviación del estado fisiológico en una o varias partes del cuerpo, por causas en general conocidas, manifestada por síntomas y signos característicos, y cuya evolución es más o menos previsible. Es una enfermedad compleja en la que intervienen factores genéticos y ambientales. Los dos más conocidos son la ingesta excesiva de energía y un estilo de vida sedentario. Sin embargo, existen otros como la falta de sueño, la climatización constante de los ambientes, los disruptores hormonales, los cambios en el microbiota intestinal, el uso de determinados fármacos y la cesación tabáquica sin medidas antiobesidad, además de factores psicosociales como el estrés y la depresión. Los posibles síntomas son la sensación de apetito constante, baja saciedad, descontrol de impulso, dolor articular, trastornos cognitivos y del estado de ánimo, entre otros.