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Laberintos Humanos: El trajecito

Lunes, 21 de septiembre de 2020 01:00

Cuando Solón le relató a Pierro lo que descubrió del supuesto accidente del muchacho en el barranco, el comisario hizo pasar a su patrón. Bautisto Solón, con muy pocos datos, supuso que el hombre estaba enamorado de la muchacha, a quien no había molestado siquiera. Dedujo que la joven se había puesto de novia con el chico, que se lo dijeron al patrón y que este, que no lo toleraba pero tampoco esperaba ser favorecido por sus sentimientos, estalló pese a sus propias resistencias. Lo que siguió lo podía imaginar también el comisario, y entonces le pidió al hombre que le describiera cómo fue ese accidente.

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Cuando Solón le relató a Pierro lo que descubrió del supuesto accidente del muchacho en el barranco, el comisario hizo pasar a su patrón. Bautisto Solón, con muy pocos datos, supuso que el hombre estaba enamorado de la muchacha, a quien no había molestado siquiera. Dedujo que la joven se había puesto de novia con el chico, que se lo dijeron al patrón y que este, que no lo toleraba pero tampoco esperaba ser favorecido por sus sentimientos, estalló pese a sus propias resistencias. Lo que siguió lo podía imaginar también el comisario, y entonces le pidió al hombre que le describiera cómo fue ese accidente.

El hombre bajó los ojos y no pudo aguantarlo más. Capaz que no haya sido del todo un accidente, confesó, pero ni siquiera sé bien cómo ocurrieron las cosas. Lo sabe, dijo Bautisto Solón a sus espaldas, el hombre se volvió para mirarlo y luego le siguió diciendo al comisario que es un horror, no sé cómo pude. Cuando se lo llevaron, ya esposado, Pierro elogió la intuición de su amigo Solón. Solón alzó los hombros con modestia. Creo que era evidente, agregó, no fue gran cosa deducirlo pero no se preocupe, comisario, para mí fue fácil verlo porque no tengo la presión de su cargo.

Suele pasar que, quien tiene la mente despejada, ve cosas que quien está preocupado no ve. Pierro no quiso, por su parte, molestar la humildad en la que Solón parecía sentirse tan cómodo, pero estaba seguro que aquella no era la única explicación sino una enorme inteligencia que se ocultaba bajo el trajecito de sastre color marrón claro.

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