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Actividades en alto riesgo en la Quebrada

A casi seis meses de cuarentena, escuchamos a actores del rubro sobre la situación que se vive y las proyecciones.
Viernes, 04 de septiembre de 2020 01:04

La caída de la actividad hotelera y gastronómica ya roza límites alarmantes. En momentos en que desde Nación se debaten leyes al respecto y a la vez que se convocan a movilizaciones del sector, hemos conversado con algunos de sus actores. Matías Pemberton, presidente de la Asociación de Turismo de Quebrada y Puna, es quien empieza por decir que "ya no estamos viviendo, estamos sobreviviendo".

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La caída de la actividad hotelera y gastronómica ya roza límites alarmantes. En momentos en que desde Nación se debaten leyes al respecto y a la vez que se convocan a movilizaciones del sector, hemos conversado con algunos de sus actores. Matías Pemberton, presidente de la Asociación de Turismo de Quebrada y Puna, es quien empieza por decir que "ya no estamos viviendo, estamos sobreviviendo".

"Tenemos que empezar a pensar que vamos a tener que convivir con el virus, y de a poco ir abriendo los establecimientos y reactivando la actividad turística con todos los protocolos de bioseguridad que están aprobados por el COE y se aplicaron en "Jujuy para los jujeños". Con un poco más de exigencia incluso, pero de otro modo es insostenible. Hay ayudas del Gobierno nacional, pero se han acumulado deudas y se generaron nuevas", sostuvo.

Agregó que "seguimos pensando que lo más importante es la salud, pero también poder sentirse útil, trabajar. No tenemos estadísticas, pero hubo quienes cerraron, hubo quienes se reconvirtieron, otros han cambiado de titulares. Cuando se reactive vamos a trabajar bien, de modo paulatino y pensando en una apertura regional hacia fin de año. Después de las crisis hemos tenido oleadas de trabajo, aunque ninguna crisis fue como esta. Habrá que hacer como en otros lugares del mundo, abrir un poco y si se expanden los contagios volver hacia atrás, un poco como se está haciendo con el comercio".

Consideró que "tenemos que perderle el miedo al virus y ser más cuidadosos que nunca. Se ha demostrado que los contagios suceden más por descuidos de puertas hacia adentro que en espacios públicos donde se aplican los protocolos. En cuanto a las fuentes de trabajo, el informal fue el primero en caer, pero por las medidas nacionales en cuanto a los despidos, lo formal no ha tenido mucho cambio. Pero eso tiene el límite de las reservas de los empresarios, o de los créditos tomados a tasa 0 o bajas".

Legislación

Aseguró que "más allá de las ayudas, para cualquier empresa no hay nada mejor que trabajar. En las pocas semanas que hemos trabajado se generaron ingresos. En cuanto a las leyes nacionales para el turismo, se aprobó en diputados pero se pretende impugnar por peleas de un bando y del otro. Tienen que tener el foco en regular las actividades, como el turismo, y no en peleas de funcionamiento legislativo que demorarán los plazos".

Explicó que "se presentaron dos proyectos, pero en Diputados se sancionó la del oficialismo que apuntaba a la reactivación, al apoyo a la actividad, con beneficios a los turistas que gasten en destinos locales. Algo que se trabajó mucho desde las cámaras, pero también hacen falta medidas de salvataje para llegar a fin de año. La ley aprobada por el Senado contempla lo que se venía pidiendo desde el sector empresarial, con exenciones de impuestos, créditos a tasa 0, reducción de los aportes patronales, además de la parte que apoya la reactivación para el 2021".

“No hay horizonte”

Otra de las voces que escuchamos es la de Pablo Schoerer, empresario en las dos actividades. Con respecto a los debates legislativos, dijo que “está por aprobarse o no la ley, pero no está claro todavía el impacto. La Ley de Emergencia provincial salió, pero no tuvo ningún impacto más que liberarnos de Ingresos Brutos. Me parece que en el ámbito nacional se está discutiendo más de qué lado estás que la realidad que estamos viviendo, cosa que está cada vez más complicada”. Definió el momento como que “no hay horizonte, no hay lógica tampoco porque terminan abriendo actividades que son más complicadas que las que estamos haciendo nosotros.

Un supermercado, un banco son lugares con mayor riesgo de contagio. Donde hay aglomeraciones te ponen alcohol diluido, la industria de la minería es uno de los lugares más complicados y sin embargo está abierto, y en los hoteles, donde podríamos estar recibiendo gente, llegan y se meten en la habitación, es algo que está cerrado”. Dijo que “uno no termina de comprender la lógica epidemiológica que se usa. Nosotros, que estamos tratando de no hacer tanta presión y de respetar, estamos en el tramo final.

Se sigue recibiendo el 50% para el pago de sueldos de personal en blanco, pero todos los meses se va corriendo, en uno de los negocios no lo recibimos un mes y sí al siguiente, pero tampoco alcanza. Cubrimos luz y gas, que ha bajado pero no deja de ser un gasto importante, y en cuanto a los alquileres no salió una normativa que nos permita no tener que negociar todos los meses”. Agregó que “hoy estamos abiertos al público pero no hay público. En un lugar donde el 80% vive del turismo, la gente no tiene plata. Yo hoy quiero abrir por un tema psicológico, ayer vendimos dos o tres pizzas y a la noche no había nadie, pero me parece mejor tenerlo abierto.

Les seguimos pagando a los empleados, y que vengan a preparar el protocolo, irse capacitando para cuando vuelva la actividad”. Aclaró que “la parte de hotelería está cerrada. Yo pedí permiso de recibir viajantes y me lo negaron. Hay vendedores que llegan en camión de Jujuy a La Quiaca. Venden en todas las carnicerías, comen en algún lugar y, como no pueden llegar a Jujuy, me piden para dormir pero no me dejan. Habrán dormido en su camión, cuando en la hotelería es donde menos contacto tienen. Creo que hay que analizar un poco más en profundidad cuáles son las cuestiones más delicadas a nivel de contagio, y empezar a controlar realmente.

Vamos a tener que aprender a convivir con esto. Cuando abrió Jujuy para los jujeños hubo un grupo de restoranes que trabajaron, y otros a los que les costó más. Hoy no veo que todos estén abriendo, no saben si van a tener clientes, la gente no sale aunque el mercado puede estar lleno. Nosotros veníamos mal pero recuperando, y fue como un balde de agua fría. Mantenemos la calma pero no sé cuánto se va a poder sostener, yo no soy amante de las protestas aunque las entienda, pero se va volviendo necesario presionar porque vamos a quedar para lo último”.