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La abuela Justina dio gracias a Dios por sus 100 años junto a sus afectos más cercanos

Sabado, 05 de septiembre de 2020 21:17

Rodeada del amor de su familia, la abuela Justina Luna, celebró con júbilo sus 100 años de vida, sin lugar a dudas, fue un cumpleaños muy especial por esta situación de pandemia, en la que se prohíben los abrazos y los besos y en la que hay un raro clima envuelve a la sociedad frente a lo que pasa. Un pasacalle, donde quedó expreso el amor hacia la “Abu”, traducido en palabras de feliz cumple, y que fue colgado en la casa de uno de sus hijos en barrio Santa Cecilia de esta ciudad, fue el escenario para el íntimo y fugaz homenaje, donde se cumplieron todas las normas de seguridad establecidas.

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Rodeada del amor de su familia, la abuela Justina Luna, celebró con júbilo sus 100 años de vida, sin lugar a dudas, fue un cumpleaños muy especial por esta situación de pandemia, en la que se prohíben los abrazos y los besos y en la que hay un raro clima envuelve a la sociedad frente a lo que pasa. Un pasacalle, donde quedó expreso el amor hacia la “Abu”, traducido en palabras de feliz cumple, y que fue colgado en la casa de uno de sus hijos en barrio Santa Cecilia de esta ciudad, fue el escenario para el íntimo y fugaz homenaje, donde se cumplieron todas las normas de seguridad establecidas.

Nacida en Santiago del Estero, Justina vivió en carne propia los avatares de la vida junto a su madre, con la que recorría distintos lugares y provincias en busca de trabajo, hasta que la humilde familia se afincó en el incipiente San Pedro. Su memoria guarda tantos recuerdos, sus ojos vieron los cambios de una sociedad y de un pueblo, hoy convertido en ciudad, de los que habla seguramente a sus nietos y los hijos que la vida le dejó, siete en total. Entre las pinceladas de esas fotos del pasado, que transcurrió casi sin darse cuenta, recuerda que llegó a San Pedro cuando se estaba construyendo el Palacio Municipal, cuando la gente dormía con la puerta abierta, cuando todo era más saludable y todos se ayudaban, cuando los vecinos eran una gran familia.

En vez de bonete de cumpleaños, esta hermosa abuela de más de cien años, hoy, en medio de tantas noticias que nos duelen como sociedad, luce su impecable barbijo y es la joya que la familia cuida con mucho amor. Junto a sus hijos, el mayor y el menor que junto a los demás supieron aumentar la familia, agradece a Dios por este nuevo cumpleaños. Todos celebran el don de la vida de Justina Luna que, en la intimidad del hogar, seguramente soplará las velitas de esta torta especial y disfrutará de su cerdito al horno, tal como le gusta a ella, con ese condimento que sólo dan el amor de una familia y la gratitud por celebrar la vida. Feliz cumpleaños abuela Justina!!!