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Toda la cadena turística tendrá que reinventarse

Miércoles, 09 de septiembre de 2020 01:01

Por el licenciado Dante Álvarez Dodi

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Por el licenciado Dante Álvarez Dodi

 

El mundo, luego de esta pandemia, ya no será el mismo y la actividad turística, tampoco.

En el nuevo escenario global y nacional, todo el sector turístico deberá aprender a crecer bajo nuevas reglas de juego. El principal desafío, radicará, en no permitir que el Covid 19, impida imaginar un futuro promisorio de la actividad.

No caigamos en la negatividad como está ocurriendo en otras áreas y sectores. Lo que sigue es "un nuevo universo turístico" y debemos prepararnos; seguramente muchos remarcarán que hay que crecer en la difusión y promoción de nuestros atractivos turísticos, pero en este contexto debemos animarnos e ir más allá, incluso sobre el horizonte incierto, acelerar la profundización de todas las tendencias que ya se venían verificando en el mercado entre ellas la digitalización y la tecnología.

Esta demás pensar que nadie está de brazos cruzados, todos estamos trabajando en estrategias a futuro. Aun cuando las realidades en cada destino sean diferentes, el problema es común. Entre prueba y error, nadie puede aventurar una fecha cierta para el turismo poscoronavirus pero debemos estar preparados.

Todos los involucrados en la enorme cadena de la economía turística además de adaptarse a las nuevas condiciones marcadas por las normas sanitarias esenciales y estrictas, tendrán que hacerlo con las nuevas exigencias que vendrán del "nuevo turista", y con ellas la adecuación de las ofertas turísticas.

Toda la cadena tendrá que reinventarse, sin que ello signifique alejarnos del concepto de hospitalidad, esencia de nuestra actividad.

Debe quedar muy en claro como punto clave de partida, que en la "nueva normalidad", nada será exactamente como antes de la pandemia, quizá en este momento no dimensionemos con claridad el contexto y sus efectos.

El turismo no volverá como lo conocíamos, eso llevará años.

Habrá que acostumbrarse al nuevo espectro turístico, para algunos puede que resulte hasta shockeante, pero si queremos redefinirnos lo más probable será acudir al empleo de gente local en lugar de "expertos"; alojamientos como emprendimientos familiares, "comidas pyme" en lugar de grandes cadenas.

En el escenario complejo donde la lógica sanitaria es "no alejarse", tendremos incluso que procesar de nuevo el concepto de viajar, que supone conectarse con personas y lugares. Si el turismo es el vínculo con el otro es un proceso hasta metafísico que se tiene que ir dando primero por la mayor cercanía geográfica y cultural.

Es muy claro que el "turismo de proximidad" es determinante para una primera etapa de reactivación, para ello será fundamental apoyar a las economías locales vinculadas al turismo.

Los viajeros, volverán primero dependiendo de las garantías que le brinden sus propios gobiernos porque así se sentirán más seguros. Las primeras aventuras serán a nivel local, cautelosos explorando recorridos hiper locales.

El cambio de mentalidad entrevé un "turista poscoronavirus", más precavido, exigente y más consciente del cuidado de su salud. Los nuevos viajeros cambiarán el futuro (aspirarán a ser más ético y sostenible) Serán mucho más conscientes de a dónde viajar y de cómo.

Van a escoger aquellas empresas que prioricen el bienestar de las comunidades locales y el cuidado del medio ambiente.

Toda estrategia para definir una posible salida estará sustentada en vencer al miedo, mostrarnos más cerca, más seguros; recuperar la confianza, ser amigables y al mismo tiempo más respetuosos; objetivo, reenamorar a los viajeros; siempre con una lógica distinta

Para ello tenemos que concretar un ámbito que nos permita conocer y perfilar a los nuevos turistas. Medir el impacto de la coyuntura como para una mejor comprensión estructural de ese turista. Es fundamental ir ejercitándose para interpretar correctamente las señales de los futuros viajeros, allí se esconde la clave para la reconversión que ayude a sobrevivir a la actividad.

Si miramos en el centro de la escena está la consagración del "turismo sostenible", es el momento en medio de la desaceleración del mundo. Es una ventaja, poder comenzar a trabajar en destinos de naturaleza, no en conglomerados urbanos. Ir más allá de los destinos habituales, los lugares populares pueden volverse menos deseables, ante destinos remotos con menos visitantes.

Los operadores turísticos y proveedores tienen la tarea de restaurar la confianza del consumidor crear "destinos seguros para viajar con tranquilidad"; responder y satisfacer al nuevo tipo de demanda; introducir nuevos protocolos para los recorridos y nuevos estándares operativos; nuevas formas de viajar, acortar las distancias de viaje.