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29 de Marzo,  Jujuy, Argentina
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Ventas bajas y crisis en vendedores ambulantes

Las cuarentenas estrictas los golpearon abruptamente y algunos ingresaron al rubro tras quedar sin trabajo.
Miércoles, 09 de septiembre de 2020 01:01

La situación de los vendedores ambulantes en Jujuy es crítica, ya que al ser uno de los rubros más afectados por la pandemia y las cuarentenas estrictas provocó que aquellos que estaban desde hace tiempo reduzcan sus ventas y los que quedaron sin trabajo se vean obligados a entrar en ese sector para poder paliar la crisis económica que los azota.

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La situación de los vendedores ambulantes en Jujuy es crítica, ya que al ser uno de los rubros más afectados por la pandemia y las cuarentenas estrictas provocó que aquellos que estaban desde hace tiempo reduzcan sus ventas y los que quedaron sin trabajo se vean obligados a entrar en ese sector para poder paliar la crisis económica que los azota.

Es un día a día, y de lo poco o mucho que venden en la jornada depende la cantidad y calidad del menú del almuerzo y de las otras comidas. Están tratando de crecer luego de las interrupciones que tuvieron en su labor debido a las fases estrictas de cuarentena que les imposibilitó trabajar y se implementaron en reiteradas ocasiones en la provincia para resguardar a la población por el brote de Covid-19.

Tras un recorrido por barrios del acceso sur de la capital jujeña, comerciantes ubicados en avenidas muy transitadas de esa zona dialogaron con nuestro medio para contar lo que les toca vivir. En ese sentido, María Cárdenas, que posee un puesto de venta de pan y desayuno sobre la avenida Gobernador Tello comentó, en diálogo con El Tribuno de Jujuy que "esto surgió después de que mi marido quedó desempleado, él trabajaba en una panadería así que tuvimos que rebuscárnosla, no encontrábamos por ningún lado trabajo así que decidimos crear este emprendimiento".

Explicó que las ventas de pan bajaron considerablemente desde que empezó la pandemia por eso le agregaron el desayuno que cuesta tan solo 50 pesos, "vienen personas que están dirigiéndose a sus trabajos o repartidores, también empezamos a vender facturas y bollitos", dijo.

SALIDA / SE QUEDÓ SIN TRABAJO Y EMPEZÓ A VENDER ALFAJORES.

Asimismo indicó que "nosotros tenemos hijos muy pequeños y por eso es que no podemos parar un día, cuando fue la cuarentena estricta todo se nos complicó y más a nosotros, los que no tenemos un sueldo fijo. Ahora para el verano estamos pensando en agregarle otras comidas. Tuvimos algunos problemas con la Municipalidad, que no nos permitía vender, pero ya vamos mejor con eso, esperemos siga así".

"No nos alcanza"

Juan Mamaní vende alfajores en la esquina de las avenidas Mejías y Vespucio del barrio Malvinas Argentinas desde que se quedó sin trabajo.

Al respecto mencionó que "estoy vendiendo alfajores porque lo que cobramos no nos alcanza para llegar a fin de mes, así que por ese motivo nos sentimos forzados a realizar esta venta. No es que ganemos mucho dinero con los alfajores, sino que es una ayuda para llegar a fin de mes".

Sostuvo que sus ingresos disminuyeron bastante ya que trabajaba en la organización de eventos, rubro que quedó suspendido. "Tenía que hacer algo para salir adelante, así que acá estamos porque no puedo hacer lo que venía haciendo. Vendemos a modo oferta, la gente se acerca, esto no nos deja mucho margen pero es una ayuda aunque cada vez la plata alcanza menos", añadió.

Peatonalizar la calle

Los días sábados, por la gran concurrencia de personas que transitan por la avenida Mejías, desde el municipio de San Salvador de Jujuy decidieron peatonalizar esa arteria para que haya un mayor espacio para transitar.

Al ser el día anterior al cierre total que se lleva a cabo todos los domingos en la provincia, esa avenida que está repleta de comercios se colapsa y provoca amontonamientos.

“Quiero trabajar tranquila”

VENTA DE COMIDAS / ANA SILVESTRE TIENE SU PUESTO EN LA AVENIDA MEJÍAS.

Ana Silvestre vive en el barrio Malvinas Argentinas y desde hace más de 25 años que tiene un puesto de comidas sobre la avenida Mejías en donde vende empanadas, tamales y pizzas. Contó que cría sola a sus siete hijos y su único sustento es la venta ambulante, “lamentablemente a veces tenemos problemas con el municipio porque nos quieren sacar, eso nos pasa con frecuencia, yo anteriormente ya había sacado un permiso para trabajar. Yo vivo de esto, no tengo un sueldo fijo”, señaló.

Siguió diciendo que “estuvimos mucho tiempo sin poder trabajar, encima la situación económica es peor por eso les pedimos a la gente del municipio que nos tenga consideración, quiero trabajar tranquila porque es nuestro único ingreso, estamos un ratito y no molestamos a nadie. O nos quieren reubicar en lugares donde no pasa nadie”. “Yo con esto vivo y pago mis impuestos, vendo empanadas, tamales, traigo pizzas caseras y así me doy vuelta para poder mantener a mi hogar”. mencionó.

Bajas ventas

El hecho de abrir por un tiempo y tener que cerrar hizo que el puesto de comidas de Silvestre caiga en cuando a sus ingresos, “a veces tenemos que elegir entre comer o pagar las cuentas, es lamentable nuestra situación”, finalizó.

Control comercial

Una de las avenidas más transitadas de la capital jujeña es la Mejías del barrio Malvinas Argentinas siendo un lugar con gran amontonamiento de personas debido a que posee una gran cantidad de comercios de diferente índole. Por esa razón, es que desde hace tres meses, un equipo del municipio capitalino en conjunto con el Centro Vecinal del barrio y otras organizaciones de la sociedad civil montó un operativo todos los días para controlar a los comerciantes y a la gente que se acerca a comprar.

En ese sentido, uno de los trabajadores que realiza este control, Hisidoro Villafuerte, afirmó que “somos un grupo de varias personas que estamos en esta zona de lunes a sábado, dentro de todo, esto es tranquilo de lunes hasta el viernes a la mañana, pero ese día por la tarde y todo el sábado la situación se pone mucho más difícil y esto se llena”. Por último sostuvo que “la gran mayoría de los vecinos respetan las medidas de bioseguridad pero nunca falta el desubicado que nos falta el respeto o nos dicen que ellos hacen lo que quieren y que nosotros no los podemos obligar a que se cuiden, pero lo bueno es que la mayoría sí se cuida. También pegamos carteles en los negocios para que la gente no se olvide de respetar el distanciamiento”.