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"Basta de impunidad, queremos justicia"

Un cerrado grito de pedido inundó varios sectores de la ciudad capital.
Miércoles, 13 de enero de 2021 01:01

Están ahí demostrando entereza, pero las lágrimas recorren las mejillas convirtiéndose en testigos del dolor, impotencia, emoción, bronca porque las medidas judiciales no siempre los acompañan o le dan la respuesta que ellos esperan.

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Están ahí demostrando entereza, pero las lágrimas recorren las mejillas convirtiéndose en testigos del dolor, impotencia, emoción, bronca porque las medidas judiciales no siempre los acompañan o le dan la respuesta que ellos esperan.

Ayer el encuentro en La Quiaca pidiendo por la aparición de Ariel Llampa, desaparecido hace 9 años, hoy para repudiar la decisión del juez de Control Jorge Zurueta quien desoyendo al fiscal de la causa Diego Cussel le otorgó la libertad a Víctor Hugo "Yul" Garnica sindicado de ser el coautor del aberrante crimen de José María Villafañe ocurrido en el mes de mayo del año pasado.

"La verdad es que estamos muy intraquilos, preocupados y apenados con esta noticia,"Yul" Garnica es sumamente peligroso", dijo uno de los hermanos de José María Vallafañe, quién junto a su familia continúan pidiendo "Justicia".

La marcha se inició en el Lago Popeye donde además estuvieron presentes Mónica Cunchila, la mamá de Iara Rueda, asesinada en Palpalá, Patricia Mendoza la mamá de Marcelo Gómez atropellado, mutilado y abandonado en la ruta nacional 66 cerca del Pongo el pasado 11 de octubre a la madrugada y el autor Cristian Iván Gareca Mamaní permaneció fugado por varios días y ahora solicita el cese de detención que fue denegado en dos oportunidades.

Ahí están los padres del dolor y junto a ellos Roxana Mabel Cruz víctima de abuso y maltrato laboral, que se suma a esta patriada que al llegar a la plaza se encontró con "nuestros" mineros que respetuosos se quitaron el casco y recibieron a quienes venían marchando en busca de justicia por sus hijos.

"Justicia, justicia" retumbo fuerte en los oídos de quienes estaban en las inmediaciones de Plaza Belgrano, epicentro de reclamos.

Las manos se entrelazaron para darse fuerza para que las lagrimas no le ganen a la desesperanza, porque la lucha continúa y no se pueden permitir el lujo de bajar los brazos, de claudicar de permitir que una justicia sorda los doblegue.

En paz y en silencio retornaron a sus hogares donde cada día observan una silla vacía.