EL CUENTO O EL RELATO DE…
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EL CUENTO O EL RELATO DE…
COMO SE LO LLAMA: Duende-Dobendi-Dobende
QUE SON LOS DUENDES
Son espíritus que vagan por las soledades campesinas, son chicos o “guaguas” que no recibieron bautismo, y que busca a sus padres herejes para castigarlos
en la puna lo identifican como un hombrecito pequeño de no más de 50 cm de altura, desnudo, tiene una mano de hierro y otra de lana, y normalmente siempre pega con la de hierro, tiene un enorme sombrero ovejuno, que le cubre todo su cuerpecito. El dobendi también puede vestir pantalón de barracan, camisa de lienzo poncho de vicuña o de llama, sombrero alón, medias de lana y ojotas. Es cabezón, tiene astitas como chivito, piernas cortas.
Hay duendes buenos y malos, los buenos protegen el hogar, la siembra, el ganado, los malos simplemente engendran maldad, en ambos casos siempre asustan a chicos y grandes, son traviesos, se pueden esconder en alguna roca de la Puna, manantial, puede rondar las parras, las higueras o debajo de un horno de barro.
Llora como una criatura, esto atrae a los chicos o a los mayores que creen que es un pequeño solo en alguna parte desierta del campo, y es allí donde los va llevando a lo espeso y los hace perder o desbarrancar, puede tener una flauta también.
COMO SABEMOS SI HAY UN DUENDE EN CASA
Cuando el duende está en casa arma revuelo con todas las cosas, mueve los juguetes, arroja piedras sobre el techo, no deja dormir, apaga las luces, cuando el duende toma una casa no deja vivir, por lo que se debe ir de allí, pero no dejar olvidado nada, porque el duende sino tomara cualquier cosas pequeña olvidada y nos seguirá donde vallamos.
Sabemos que hay un duende cuando sentimos en el ambiente un mal olor, si uno sospecha de esto puede arrojar en la noche ceniza o harina por la zona donde uno cree que habita, y al día siguiente se verá las huellas de los piecitos.
QUE PODEMOS HACER PARA QUE SE VAYA
Al duende no le gusta el olor a materia fecal, o la inmundicia, por lo que si uno hace ademanes de estar comiendo materia fecal se molesta, le desagrada.
Es celoso, hay que hacerle creer que hay otro hombre en la casa o dejar que cualquier familiar varón se acueste al lado para que se moleste, lo mismo pasa si la joven se casa, en otros casos se deja una tijera abierta debajo de la cama o un látigo al pie de la cama o agua bendita o el famoso rebenque.
Bibliografía: “Seres Mágicos” de Elena Bossi – “Creencias y superticiones puneñas” de Olga Sánchez de Salazar