Ascender a las lagunas de Yala implica poder conocer un paisaje imponente. Es un recorrido en el cual, el viajero puede apreciar del verde paisaje que envuelve y hace más pintorescas estas fuentes de agua. En el ascenso se contempla en cada paso numerosos atractivos que se presentan maravillando la vista.
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Ascender a las lagunas de Yala implica poder conocer un paisaje imponente. Es un recorrido en el cual, el viajero puede apreciar del verde paisaje que envuelve y hace más pintorescas estas fuentes de agua. En el ascenso se contempla en cada paso numerosos atractivos que se presentan maravillando la vista.
Cascadas de agua de deshielo, arroyos que atraviesan el camino, senderos que se pierden entre los verdes cerros, aves que cantan mientras uno pasea y una que otra corzuela, son algunos de los atractivos con los que se topa mientras se sube hacia las lagunas.
El camino de acceso es sinuoso, accidentado, pintoresco y se inicia en el pueblo de Yala. La espesa vegetación y las flores conforman un atractivo entorno. En las lagunas se crían truchas y pejerreyes.
Es un lugar en donde una gran variedad de aves eligieron para hacer sus nidos, por esta la característica, fue declarada área intangible en 1995.
La fauna que allí se encuentra está compuesta por distintos tipos de macas, garzas, patos, gallaretas y biguás. En sectores bajos hay loros, urracas, atajacaminos, pavas de monte, picaflores, y en los altos, los caranchos, milano tijereta, martín pescador, cóndor, y reptiles como yarará y coral, además de ranitas andinas.